Por Christian Ginko
En la
previa al duelo con Racing, recordamos la tarde en la que el Kun Agüero les marcó
dos en su cancha y los hizo irse antes de tiempo. ¡Menos mal que los partidos
duran 90 minutos!
Se viene
otro Clásico, ese partido que todos quieren jugar y nadie quiere perder.
Independiente, encima, está acostumbrado a ganarlo, y no solo eso: hasta los ha
hecho abandonar antes de que termine. ¿No lo creen? Entonces hay que remontarse
18 años atrás.
El 25 de
febrero de 2006, el Rojo y Racing se enfrentaban en el Cilindro por la sexta
fecha del Clausura. Dirigido por Julio Falcioni, el más grande había arrancado
con dos triunfos, un empate, y dos derrotas. Del otro lado, la situación era
peor: cuatro derrotas, un empate, y final del ciclo de Fernando Quiroz. En este
contexto, a Diego Simeone le tocaba debutar en el banco nada más y nada menos
que en el Clásico, y claramente no le fue bien.
Se trataba
de un encuentro disputado, sin un claro dominador. La Academia hacía negocio
con el empate, y a Independiente tampoco le caía mal, pero había un pequeño
detalle: Sergio Agüero se encontraba en la cancha. Aquella tarde de sábado, el
Kun iba a ser fundamental para que el Diablo se vuelva a adueñar de la ciudad.
A los diez
minutos de la segunda mitad, Eduardo Bustos Montoya recibió de espaldas al
arco, aunque su intención no era probar a Gustavo Campagnuolo. Detrás suyo, el
Kun se encontraba corriendo por el medio, y tocó sin pensarlo dos veces. El
entonces juvenil se perfiló para la zurda y, con un remate seco y bajo, puso la
pelota contra el palo izquierdo del arquero.
Pero eso no
fue todo, ya que había que definirlo y el jugador lo sabía. Por eso, apenas
tres minutos después, Óscar Ustari sacó de manera fantástica para dejarle la
pelota en los pies a Agüero, que hizo lo que más le gusta: primero bailó a José
Shaffer, y luego dejó en el piso a Campagnuolo para definir con el arco vacío y
poner el 2-0 definitivo. ¿Algo más? ¡Si, encaró a la gente local y les bailó en
la cara!
Con el
duelo ya sentenciado, los hinchas de Racing no soportaron la humillación y
terminaron generando disturbios, haciendo que Héctor Baldassi lo termine antes
de tiempo. Aquel día quedará siempre en la historia como la vez que un chico de
apenas 17 años los humilló y los hizo irse antes de los 90 minutos.
Fuente
Infierno Rojo
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