Pusineri y Pablo Moyano conversaron en Villa Domínico.
(Foto: Prensa Independiente).
Pablo Moyano y otros dirigentes pasaron por el predio de Domínico para presenciar la práctica y traerle tranquilidad a Lucas Pusineri, quien comprende la situación del club pero tiene cierta preocupación por la falta de refuerzos.
Hay una virtud que Lucas Pusineri supo demostrar desde que
desembarcó en Independiente: paciencia. Vaya si tuvo tolerancia el entrenador,
a quien no le acercaron ninguno de los refuerzos que pidió desde que firmó su
contrato a fines de diciembre del año pasado. El técnico no exhibió ni una
mueca de malestar. No esgrimió si siquiera una queja cuando las negociaciones
por los futbolistas que pidió se cayeron prácticamente sin haber comenzado.
Pero todo tiene un límite.
Pusineri comprende la difícil situación económica en la que
se encuentra inmerso el club, pero la preocupación comenzó a invadirlo. Y crece
día a día porque las horas pasan y las caras nuevas no aparecen. Si bien el
entrenador nunca hizo público ningún malestar, los dirigentes saben muy bien
que están en deuda con él. Comprenden que tienen la necesidad de concederle al
menos un gusto a quien toleró sin chistar las partidas de Martín Campaña, Gastón
Silva, Juan Sánchez Miño, Cecilio Domínguez y Leandro Fernández, referentes y
piezas importantes para el plantel.
Pablo Moyano, vicepresidente del club, pasó ayer por el
predio de Villa Domínico acompañado por el manager, Jorge Burruchaga, y otros
dos directivos importantes: el secretario general, Héctor Maldonado, y el
secretario deportivo, Jorge Damiani. Los dirigentes llegaron a las 8.45,
observaron el entrenamiento del plantel, que estuvo dividido en dos grupos de
11 futbolistas y consistió en dos módulos: circuitos de pase y trabajos
tácticos. El hijo de Hugo Moyano fue a conversar con el entrenador para traerle
algo de calma, mantenerlo actualizado acerca de cómo se encuentran las
gestiones por los futbolistas que pidió y explicarle que van a realizar todos
los esfuerzos que estén al alcance del club para cumplir con sus peticiones. El
técnico les pidió que hagan hincapié en la incorporación de un arquero y un
central.
El zaguero está al caer: Ezequiel Muñoz aprobó el viernes la
segunda parte de la revisión médica y firmará su contrato hasta diciembre de
2021. En el arco, Pusineri prefiere a Sebastián Sosa y los directivos a Marcos
Díaz, pero intentarán traer al uruguayo. Por lo pronto, Sosa no logró
desvincularse del Mazatlán y desde el Rojo intentarán gestionar un préstamo
hasta diciembre de 2021, sin cargo y con opción de compra. Lucas Rodríguez,
lateral izquierdo que quedó libre de Tigre, podría llegar su Pusineri da el
aval. Y harán una oferta para comprar el 30% de Federico Martínez, extremo
derecho por el que Central no le pagó a Liverpool de Uruguay. Cristian Chávez
podría pasar al Canalla como parte de la operación. Pusineri quiere contar con
al menos dos de ellos lo más rápido posible.
Fuente Olé
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