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miércoles, 7 de septiembre de 2016

Que Messi no se resfríe



El peso de Leo para que la Selección sea un equipo de elite es total. Argentina sigue con el desafío de aprender a jugar sin él.


Por Diego Macias

¿Quién puede dudar de la capacidad de Otamendi? ¿Cómo no disfrutar del inmenso Mascherano? ¿Quién supone que Di María no es un distinto? Se pueden repasar así casi todos los nombres pero el único que transforma a la Selección en un equipo top sigue siendo Messi.

Parece obvio pensar que nadie puede reemplazarlo. Que lo que él le agrega al equipo, nadie puede dárselo. Pero eso no puede impedir que la Selección tenga como desafío real encontrar caminos que lo hagan disimular la ausencia de su crack. Disimular significa achicar las distancias. Porque si no puede jugar como en esta fecha por una lesión, también se puede dar que un día no esté en un buen nivel y haya que resolver la historia por otro lado.

No hay ninguno con su talento, pero si se puede pensar cómo reemplazar algunas de sus virtudes. Porque la versión que presentó Argentina en Venezuela fue un equipo sin sorpresa, sin un pie goleador en un tiro libre, sin desmarque para ser pase, sin eficacia en el uno contra uno, algunos de los tantos valores que le agrega su capitán. Desde lo futbolístico, la Selección se terminó convirtiendo en un equipo ordinario, que no lastima al rival ni tiene juego.

Armar un equipo con y sin él, es un problema a resolver. Para Bauza y para cualquiera. Por ahora, a seguir esperando con que Messi ni se resfríe.


Fuente Olé

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