Es el capitán sin brazalete de la Selección. Apadrina a su
compañero del Barcelona y es el responsable del equilibrio del equipo
Messi y Mascherano, inseparables en Barcelona y la Selección
(AFP)
Con 32 años años y más de 500 partidos en su espalda,
pergaminos son los que le sobran a Javier Mascherano, quien acaba de cumplir
130 partidos con la Selección y se ubica detrás de Javier Zanetti (145) como el
futbolista con más presencias (si se tienen en cuenta sus encuentros en
Juveniles, ya pasó la línea del Pupi).
Su historia con la Albiceleste se remonta a un llamado de
Marcelo Bielsa, por entonces técnico de Argentina, a Leonardo Astrada, quien lo
dirigía en River pero aún no lo había hecho debutar. El Loco lo había visto en
las categorías menores y también como sparring, cuando llamó su atención. Así
fue que se lo pidió al Jefe y tuvo su estreno con la camiseta nacional antes
que con la de la banda roja.
Los hinchas reconocen tanto al Jefecito como a Lionel Messi
como los grandes emblemas de la actual Selección Argentina
Soportó todos los procesos: pasaron José Pekerman, Alfio
Basile, Diego Maradona, Sergio Batista, Alejandro Sabella y Gerardo Martino, y
se sostuvo siempre dentro de la columna vertebral de los combinados nacionales.
El profesionalismo que cautivó y motivó al Barcelona para comprárselo al
Liverpool y transformarlo en uno de los jugadores más importantes del último
tiempo, ya es marca registrada con la Selección.
A pesar de que muchos lo apuntan por haber presenciado las
cuatro finales perdidas en Copa América (Perú 2004, Venezuela 2007, Chile 2015
y Estados Unidos 2016) y la del Mundial de Brasil 2014, es el único en la
historia que posee dos medallas de oro olímpicas: una muestra de su espíritu
amateur y amor por su bandera. Junta bronca, muerde los labios y vuelve a
empezar. Pero no abandona. Y apadrina a Lionel Messi.
El hecho de que la Pulga haya causado tanta repercusión con
su declaración de renuncia tras la última caída ante los chilenos, tapó el
replanteo de Masche de seguir vistiendo la celeste y blanca. Pero el orgullo y
hambre de gloria pueden más que cualquier frustración. Y sin lugar a dudas, él
es una de las causas por las que el mejor del mundo decidió dar marcha atrás
con su decisión.
En el último duelo ante Uruguay, apretó los dientes, fue eje
en la mitad de cancha y le demostró al flamante entrenador que tiene vigencia
de sobra para aportar el equilibrio por el que clama. Con el trajín del viaje
desde España y tras haber auxiliado en más de una oportunidad a sus compañeros
al lado de Lucas Biglia, aún tuvo aire para encarar un ataque junto a Messi,
que terminó diluyéndose en los pies de Nicolás Gaitán.
Mascherano en la última práctica junto a juveniles de San
Lorenzo (@Argentina)
Ejemplo de los más chicos, fue uno de los más solicitados
por los juveniles de San Lorenzo que se entrenaron a la par de la Mayor en el
último entrenamiento. El referente, volverá a lucir la capitanía en Mérida por
Eliminatorias, pero ese brazalete es algo simbólico: Mascherano es capitán sin
cinta.
Fuente Play Fútbol
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