Bauza metió mano y los cambios funcionaron.
Por Martín Eula
Un lateral derecho. Dos zagueros centrales. Un cinco. Un
mediocampista creativo. Dos volantes externos con cualidades de punteros. Un
atacante que en otra época hubiera sido wing. Y dos centrodelanteros (y un
arquero, claro). O sea: Romero; Zabaleta, Otamendi, Funes Mori; Mascherano,
Banega, Gaitán; Correa, Di María; Alario y Pratto.
¿Usted, rotulador empedernido, imaginó alguna vez que
Edgardo Bauza usaría una formación semejante? ¿Que el hombre al que le resbala
-y hasta lo enorgullece- que lo cataloguen de defensivo armaría algo así? ¿Que
un entrenador que pondera el equilibrio -¿cuál no lo hace, en realidad?-
pondría lo que puso en cancha? La necesidad tiene cara de hereje es un dicho
antiquísimo pero que también se mueve -si es que los dichos se mueven- con
destreza en cualquier red social. Y justo antes del 2-2, el Patón puso a Gaitán
por Rojo y le dio forma a un equipo que de equilibrado tuvo el más absoluto de
los desequilibrios.
Y está bien...
Fuente Olé
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