Ganó con autoridad y estiró
la paternidad frente a un Racing carente de alma y personalidad.
Siendo absolutamente superior desde el primer minuto, el
"Rojo" se quedó con el clásico de Avellaneda, vapuleando al campeón
del fútbol argentino, que tuvo la peor cara en mucho tiempo. Fue 3-0 (goles de
Benítez, Méndez -de tiro libre- y Vera), pero pudo ser mucho más. Los de
Pellegrino presionaron, jugaron y se mostraron siempre ambiciosos; mientras que
la "Academia" estuvo 'ausente', mostrándose como un equipo sin alma, sin
juego ni la más mínima respuesta a la adversidad, motivo por el cual se
alejaron de la pelea por el título. Mal arbitraje de Patricio Loustau, quien
expulsó a Acuña (por una jugada similar no había adoptado la misma postura con
Méndez). Así, estiró la paternidad a 23 juegos y sigue con puntaje ideal
jugando en ese estadio el clásico: ganó los seis.".
En la fecha de los clásicos, el de Avellaneda aparecía como
el segundo de mayor importancia, luego del 'Superclásico'. Y el 'Libertadores
de América' lució como tal, ya que los hinchas de Independiente colmaron su
estadio para ver una nueva edición del clásico ante Racing, a quien habían
derrotado en las cinco oportunidades anteriores que se cruzaron en ese escenario
(desde la reinauguración).
Y la historia sigue siendo la misma, ya que el
"Rojo" obtuvo una categórica victoria por 3-0, un resultado justo por
lo que fue el trámite del encuentro, donde el local siempre fue superior a su
adversario. Benítez, Méndez y Vera hicieron los goles; aunque la diferencia
pudo haber sido aún más abultada, debido a que la supremacía fue durante los 90
minutos. Para que esto no suceda, fue fundamental la actuación de Saja, el
mejor jugador del equipo visitante.
Independiente, luego de los primeros minutos donde estuvo
dubitativo, se hizo 'dueño' del partido, con presión alta, buena circulación
del balón y una nítida predisposición ofensiva. Por su parte, Racing mostró
todo lo contrario: fue timorato, estuvo mal parado tácticamente y nunca mostró
intenciones ofensivos ni de juego asociado.
Así fueron los 90 minutos. Así fue cuando estaban 11 contra
11, y prosiguió con la inferioridad numérica de la "Academia", que
cuando perdió a Acuña por expulsión, dejó mucha más expuestas aún sus enormes
falencias de juego. Ya en el complemento, y con Cocca con una errada lectura
del partido (hizo mal el planteo inicial y también se equivocó en los cambios),
la intención del visitante fue sólo de algunos minutos.
El clásico fue para Independiente, que estiró su paternidad
a 23 encuentros y mantiene la perfección recibiendo a su tradicional adversario
en ese estadio: jugó seis, ganó los seis. Además, le sirve de inyección anímica
para la Copa Sudamericana, ya que está muy lejos en la pelea por el título. Por
su parte, Racing recibió un duro cachetazo: jugó muy mal, perdió terreno en la
disputa por el campeonato (por la actuación en sí y por lo netamente
matemático) y llega golpeado al trascendental encuentro del jueves ante San
Lorenzo por la Copa Argentina.
Párrafo aparte para el árbitro del clásico, Patricio
Loustau, quien tuvo criterios dispares en dos idénticas jugadas. Primero, le
sacó sólo amarilla a Méndez por un codazo; aunque luego, por un acción similar,
decidió expulsar a Acuña. El jugador de Racing vio de manera correcta la roja,
pero de idéntica forma tendría que haber actuado con el mediocampista de
Independiente.
"INFOBAE", "PLAYFÚTBOL"
Publicó El Gran Campeón




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