Por Rodrigo Tamagni
Ante un sparring débil, el "Rojo" se lució con lo
que tiene. Manejó y dominó para dar esperanza. Se vienen los partidos más
complicados del año y el de San Martín debe servir para la confianza.
Reconocimiento a Mancuello, buen enroque entre el 'Pocho' y el 'Rolfi' y la
defensa como preocupación general. Vestigios de un triunfo que debe ser para
afinar detalles
Es una victoria que llega en el momento justo. Por el modo
en que se consiguió y por el 'reloj' del campeonato. La irregularidad general
de todos los equipos, que está impregnada en Independiente, debe ser algo del
pasado en Avellaneda para convertirse en efectividad y seguridad hasta el
final. De ahora en más, hay que hacer un camino de campeón. Pero como dicen los
protagonistas: "Desde el triunfo se afinan los detalles con mayor
tranquilidad".
Ese cassette que utilizan los que son parte, hay que
convertirlo en una premisa grabada a fuego. Pero para alcanzar eso, se deben
tener varias cosas en cuentas. Positivas y negativas. En primer lugar no se
puede perder de vista que el rival fue uno de los más flojos y 'tibios' que
visitó el Libertadores de América en este 2014 y, por qué no, en toda la temporada.
En ese contexto, Independiente fue vivo. No se complicó con
la nada misma como venía sucediendo en varias ocasiones y encontró el rumbo.
Apoyado en el esquema de los '4 fantásticos', que estuvieron el Mayweather de
sus rendimientos, el "Rojo" manejó los hilos del partido.
Aunque en la vuelta al 'esquema del pueblo' hubo un enroque
que benefició claramente al funcionamiento. El "Rolfi" se sacó el
traje de creador, para ponerse el overol. Se reconoció que el "Pocho"
no tiene alma para marcar y se le dio la llave del auto para que lo maneje. Y
demostró que es lo que mejor hace.
Otro ítem que no hay que dejar pasar es el presente de
Mancuello. En el peor momento del "Rojo", se ganó el respeto por el
resto de los años. Lejos de una idolatría, simplemente debe ser reconocido como
el único que da la cara en todos los tránsitos: buenos, malos y regulares. Con
sus limitaciones, mete todo el partido, colabora en la marca, se la da redonda
a un compañero y, cuando puede, aparece por sorpresa. Pero siempre dejando
todo. Es para destacar que mientras en el paquete de figuritas tocaban siempre
las 'caritas' de los rivales, la de Mancu era la 'repe' de Independiente en
todos los sobres.
Aunque lo que preocupa, como siempre, es la defensa. ¿Pasó
sobresaltos? No. No sólo por mérito propio, sino porque del otro lado tiraban
con flores y no con munición pesada como en otros partidos. No nos podemos
mentir, cada ataque del rival, por más que vengan gateando, ya nos tomamos la
cabeza. Y no es cuestión de esquema, porque con el número telefónico que sea
siempre sufrimos. Es donde hay que posicionar la lupa y, ellos mismos, deben
plantearse jugar estos últimos cinco partidos como si fueran parte de Argentina
ante Alemania en el 86.
En todo este análisis a futuro, y para tener en cuenta a la
hora de mejorar, se debe tener en claro que se vienen dos partidos de
visitantes, donde el equipo muta por completo. Seguramente el esquema varíe,
pero hay que mantener lo que 'anduvo'. Y volvemos al principio: hay que hacer
un camino de campeón. Especialmente desde el rendimiento, porque se nos vienen
dos afuera, después Defensa y la visita a Instituto, previa al cierre del
torneo. Panorama difícil, pero con el resultado esperanzador conseguido contra
San Juan.
Fuente Play Fútbol
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