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viernes, 16 de mayo de 2014

Bebote entró y salió...





Para algunos fue sólo un correctivo.

Para otros, un límite que alguna vez había que imponerle. 

Lo cierto es que Pablo Bebote Alvarez pasó seis horas en prisión.

¿Qué pasó?

Fue a los Tribunales de Avellaneda a averiguar por qué la Policía lo estaba investigando y la SIDE le tenía el teléfono pinchado. Cansado de esperar a que lo atiendan, golpeó una puerta e insultó a todos. Entonces, el juez Carzoglio, presente en el lugar, le labró una contravención y lo mandó a la unidad penal de la Alcaidía del Polo Judicial.

Como para que entienda que sólo manda en la tribuna.

Sobre Bebote pesan múltiples sospechas pero no hay pruebas de que haya participado en algún delito. Pero el caso de la banda narco integrada por la cúpula de la barra de El Porvenir lo puso en la mira. Desde hacía tres meses la Bonaerense estaba detrás del Polo y Jona, dos de los capos del Porve. Y les habían intervenido los celulares.

¿Y quién apareció en las escuchas? Bebote.

La mayoría de las charlas eran la compraventa de una camioneta que quería comprar y que mostraba otra faceta: se la pedía a Polo, fuerza de choque de la liga de los remates, como se conoce en la Justicia al grupo de gente que se hace de las cosas que se rematan judicialmente impidiendo a otros competidores ofertar mediante amenazas concretas.

En el medio de esas charlas aparece una perla: Bebote le cuenta a Polo las movidas que están llevando adelante para voltear a Cantero y hasta le pide un par de pibes para que se encadenen a la sede del Rojo para armarle lío. Lo que finalmente sucedió el pasado 16 de abril.


Fuente Olé

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