Brindisi se fue cabizbajo de Tucumán. (Mario Quinteros)
Por Fabio Verona
Independiente volvió a perder y la crisis no tiene fin.
Brindisi no confirmó su continuidad y todo suena a fin de ciclo: podría
renunciar mañana mismo.
¿Y ahora? Suenan Monzón, De Felippe y Pepe Romero.
Miguel quemó las naves en ese segundo tiempo frenético
de un Independiente ciego que en 45 minutos no pudo borrar un primer tiempo que
dio vergüenza ajena.
Su equipo fue a empatar o morir y murió, en una muerte
lenta y dolorosa que parece haber consumido las últimas energías de un buen
entrenador y gran persona que es sin dudas la primera víctima de una crisis que
hizo eclosión anoche en Tucumán.
La reacción de Independiente no llega a
confundir: estuvo mucho más cerca de la goleada que del empate, y es la misma
película del descenso tan temido que tiene su segunda parte de la zaga en la B
Nacional.
No se puede hacer mucha referencia a lo futbolístico,
porque el equipo no es otra cosa que el reflejo de un club con una conducción
cuestionada y confundida, que se desgastó en una lucha contra la violencia sin
darse cuenta de que la historia se le estaba yendo por el inodoro.
Miguel se fue de la cancha de Atlético de Tucumán con
la mirada hundida en el más allá. Hasta el descuento de Pisano llegó tarde,
cuando las cartas estaban echadas. Miguel entró al vestuario con su futuro
incierto y el pasado reciente demasiado pesado: dos puntos sobre 12, en el pozo
de la tabla y con un promedio que lo ubica en zona de B Metro ...
Quizá lo más
preocupante es un equipo errante y sin rumbo, sometido al desorden como
bandera, que comete errores de principiante que sólo se explican en el caldo de
esta crisis. Simplemente porque no se puede jugar tan mal.
Los alrededores del vestuario del Rojo reinaba el
desconcierto. Miguel no esquivó el bulto y habló, pero repitió demasiado la
palabra “reflexión”, que utilizó hasta para hablar de su continuidad. “Fuimos
superados, el equipo tuvo voluntad pero no estuvo claro. Está complicado el
panorama. Ahora hay que analizar profundamente”.
-¿Te ponés un plazo, vas a continuar?
-Hay mucho que
reflexionar, muchachos ...
Suena mucho a un entrenador que en su interior renunció
o que piensa hacerlo en las próximas horas.
La dirigencia no tiene pensado un
despido liso y llano, teniendo en cuenta que todavía le está pagando a Gallego,
Ramón Díaz y Cristian Díaz.
Pero en el discurso de Miguel -todo un señor- suena
a fin de ciclo.
Sin el convencimiento de semanas atrás de que podría dar vuelta
el barco.
Cantero le dijo que no quiere que se vaya, pero Miguel sabe que el
resto de la CD no lo apoya.
Así, Brindisi podría renunciar mañana mismo.
Y la
danza de nombres que días atrás habían comenzado (De Felipe, Romero y Pedro
Monzón), volverán a aparecer.
Nocaut técnico.
TUCUMÁN, ENVIADO ESPECIAL
Fuente Olé
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