Busca como loco.
Por Favio Verona; Beto Tisinovich,
Brindisi hará tres cambios para visitar hoy a Atlético
Tucumán. El DT ya usó 22 jugadores, tres esquemas y aún no encontró el equipo.
Hay síntomas que son evidentes. Señales que nunca pasan
desapercibidas. Manifestaciones que delatan. Aquella burbuja de tranquilidad
que supo construir el técnico se pinchó demasiado rápido cuando Brown de
Adrogué le dio a los jugadores un gélido baño de realidad.
Hoy, Brindisi también parece haber caído preso de la
confusión generalizada que se esparce por el club como una nube cargada de
toxinas. Los cambios permanentes que realizó desde que Independiente incursionó
en la B Nacional no son consecuentes con la línea de su discurso sosegado y
monocorde. Más bien son una expresión de desorientación congruente con el
desconcierto que gobierna al club. Sus palabras parecen transmitir un mensaje y
sus acciones otro diametralmente opuesto. El técnico ya empleó 22 jugadores
desde que el Rojo incursionó en el fangoso terreno del ascenso, mutó varias
veces el esquema, pero a pesar de la remoción de los escombros, todavía no le
encontró la vuelta al equipo.
“Tenemos un gran plantel, el camino es largo y estamos
conformes con los refuerzos. Ahora, tenemos que encontrar el conjunto y eso
lleva un tiempo. Ojalá sea cuanto antes”, había expresado Brindisi en la semana
previa al comienzo del torneo. Todavía no lo consiguió. El técnico empleó tres
sistemas tácticos en este comienzo tormentoso del Rojo: 4-3-1-2; 4-2-3-1 y
4-4-2. Pero a pesar de las modificaciones estructurales y nominales, la falta
de una identidad fue una constante indeclinable. El DT dispuso cuatro cambios
en la segunda fecha ante Boca Unidos tomando como referencia el duelo inaugural
ante Brown (A), luego dos para enfrentar a Aldosivi y hoy presentará tres:
Rodríguez, Tula (ambos debutan en el torneo) y Alderete irán por Assmann,
Velázquez y Razzotti.
Parece que en ese microclima promovido desde los
estratos más altos del club, en esa vorágine irrefrenable que desata reacciones
intempestivas, medidas apresuradas y una cadena interminable de desaciertos, al
técnico le resultó difícil quedar ajeno al desatino institucionalizado.
“Tenemos que encontrar una base estable”, sostenía Brindisi en la pretemporada.
Aún no lo logró y mientras tanto sigue cambiando. Aunque ya está acorralado:
sabe que si no encuentra el equipo de inmediato inexorablemente lo van a terminar
cambiando a él.
Fuente Olé
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