Por Nahuel Lanzillotta
En su segundo día dio muchas indicaciones, trabajó en todas
las líneas y dejó algo claro: nadie tiene el lugar asegurado.
Salir jugando de abajo. Es la idea de De Felippe, aquí con
Morel Rodríguez y Lucas.
Hay una embarcación, abandonada, maltrecha, que navega a la
deriva. Sin rumbo, hace un tiempo largo que su tripulación no logra orientarse.
La bandera roja ya no flamea en lo más alto de su mástil. El agua en su
recámara ya llega al techo. Viene de perder recientes batallas (todavía no ganó
en la B Nacional) y los daños son visiblemente profundos. Parece un barco
fantasma este Independiente que hace poco se quedó sin su último capitán,
Miguel Brindisi, con quien se animó a hacerle frente a la tormenta perfecta del
descenso y aún no pudo recuperarse. Ahora, su nuevo líder quiere empezar a
recomponer las grietas para salir del mar muerto y dejarse llevar por la
corriente hacia el deseado ascenso. En su segundo día al frente del equipo de
Avellaneda, Omar De Felippe ya buscó que los jugadores asimilen su impronta.
Rápido, sin perder el tiempo que no tiene, el entrenador le dio las primeras
pautas al plantel de cómo quiere que sea su Independiente.
En la mañana de Villa Domínico, De Felippe dividió la cancha
en dos sectores. Trabajar en defensa y en ataque fue la idea. Son, al cabo, los
puntos más flojos de un equipo que recibe muchos goles y hace poquitos. Quiere
darle orden e indentidad. Da muchas indicaciones.
“Atacar como un grande y defender como un chico” dicen que
repite constantemente.
Habla con un referente, con otro. Les da charla a los más
pibes. Se interioriza por la situación de Julián Velázquez, Fabián Monserrat,
Leonel Miranda y Adrián Fernández, jóvenes que no hace mucho supieron ganarse
un lugar importante y que luego perdieron terreno. Los quiere recuperar. Como
también a Facundo Parra, el goleador del Independiente campeón de la Copa
Sudamericana 2010 (junto con Silvera) que volvió con poco rodaje de Europa.
Cuentan que planea darle una preparación especial con el exigente profe
Fernando Gómez. Lo quiere a punto para que sea titular, por eso podría salir de
la formación este fin de semana.
En el ejercicio táctico de ayer paró de movida a los mismos
once que puso Brindisi en la derrota contra Atlético Tucumán. Después cambió y
mucho. Es una incógnita la formación que pondrá para su debut, el domingo a las
18.10 ante Independiente Rivadavia de Mendoza, pero seguramente habrá
variantes. El ingreso del uruguayo Christian Núñez en el lateral derecho en
lugar de Gabriel Vallés podría ser una de ellas. El ensayo formal de fútbol
será hoy en el Libertadores de América.
Lo que dejó en claro es que nadie tiene el puesto asegurado.
Y esto incluye a los referentes. Piensa en cómo armar la defensa. ¿Cristian
Tula y Claudio Morel Rodríguez son ficha puesta? Le gustaría inyectarle unos
centímetros más a la última línea y que se salga jugando de abajo.
También estudia a Sergio Ojeda y a Samuel Cáceres, además de
Velázquez.
En medio de conceptos tácticos, De Felippe le hace un
espacio importante al factor anímico. Entiende que para sacar a flote a este
Rojo hundido deberá reforzar la confianza de un grupo shockeado por las olas
que vienen revolviendo las aguas del club.
Salir de perdedor.
Empezar a ganar en cancha propia es lo inmediato. El
domingo, Independiente y su nuevo capitán buscarán levantar el ancla y encender
las turbinas para adentrarse en la travesía de regreso a Primera.
Fuente Clarín
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