Por Ezequiel Pablo
Pernica
La crisis institucional sigue devorándose lo que hay a su
alrededor, y se devoró a un ídolo como a Brindisi quién puso la cara en el
momento más dificil a diferencia de muchos que dieron la espalda.
Un técnico
más que se suma a una larga lista que no para de crecer.
¿Pero cómo puede haber
orden en lo deportivo si no hay orden en lo institucional?
Como un agujero
negro, la crisis sigue arrasando todo lo que hay a su paso. Entropía (*) pura, caos
total, dónde el orden parece estar a un universo de distancia...
Independiente siempre da la misma impresión hace ya varios
años, un púgil que trata de levantarse de la paliza de su vida. Se levanta como
puede, le tiemblan las piernas, todo da vueltas a su alrededor. Nada esta en su
lugar, solo hay algo de lo cual aferrarse: las cuerdas. Se aferra de ellas
hasta que pasa la tormenta, hasta que el árbitro para de contar. Cuando sus
piernas parecen haberse establecido vuelve a la pelea. Y cuando lo peor parece
haber pasado... el primero golpe lo devuelve al suelo. Con una caída peor a la anterior.
Esa es la imagen de Independiente, un boxeador tambaleando
que no termina de caer. Que se sostiene de lo que sea y que asusta más de lo
que es. Un grande que cae más fuerte que lo golpea. Un viejo campeón que vive
de la gloria y del pasado y que muchas veces ese pasado lo obnubila y no le
permite ver el tren que viene de frente: un joven boxeador que golpea más
fuerte y pisando bien fuerte.
Independiente hace rato que no pisa bien el
suelo.
Dicen que un boxeador tiene que entrenar primero sus piernas, porque por
más que lo golpeen arriba, serán sus piernas lo que lo mantengan en pie.
El Rojo parece haberse olvidado de eso. Tener los pies sobre
la tierra. Creyendo en una mística que puede salvarlo todo, como por arte de
magia. Una mística que ya no se enseña. Una mística que ya no se vive. Y no se
puede vivir si ya no hay hambre de gloria. Si ya no hay amor propio, si ya en
los vestuarios no hay códigos, no hay espíritu de equipo.
Cuando ya las 4 x 4,
los contratos millonarios y las ganas de irse a Europa pesan más que alcanzar
la gloria.
La crisis es mucho más grande de lo que se esperaba.
Abarca
todos los niveles, todos los estratos. Una crisis que parece muy difícil
especificar cómo y cuando comenzó el declive final.
Independiente comenzó
siendo un boxeador que no podía levantarse de la paliza de su vida. Comenzó
como una pequeña bola de nieve rodando por una barranca, hoy esa bola de nieve
se ha convertido en una avalancha.
Con la pérdida absoluta de la identidad.
El
hincha de Independiente ya no sabe que va a ver, o peor. Que es lo que quiere
ver.
Cualquiera quiere ganar, pero pocos saben CÓMO quieren ganar...
Eso
a Independiente lo diferenciaba del resto.
Hoy, Independiente es pura entropia, es caos total y
absoluto. Es como un agujero negro. Y como tal se va devorando todo lo que se
interpone en su camino.
Jugadores, técnicos, proyectos, sistemas, dirigentes,
ídolos.
Brindisi ha sido otro técnico más que no logra terminar un ciclo.
Para
ser más precisos, que no logra terminar un torneo completo. El único que lo
logró fue Mohamed en el Clausura 2011.
Y se terminó devorando a Brindisi, el
técnico más ganador de los últimos 18 años, un ídolo del club y una persona
intachable que se puso en el frente de batalla y recibió un balazo en el
cumplimiento del deber.
Es cierto, es uno de los mejores contratos del fútbol
argentino, pero aún así puso la cara cuando todos daban excusas.
Incapaz de
impedir el curso de colisión, terminó dando un paso al costado.
¿Pero como puede haber orden en lo deportivo si no hay orden
en lo institucional?
¿Cómo puede haber estabilidad?
Peor aún ¿Quién puede
garantizarla?
Nada más desesperante que alguien que se está hundiendo te diga
que "Todo va a estar bien".
Son simples matemáticas, no puede existir
una cosa sin la otra. Lógica pura.
Si no hay orden en lo institucional, no
puede haber orden en lo deportivo.
Una cosa no puede funcionar sin la otra.
Nadie puede garantizar estabilidad, cuando el presidente es el más inestable.
Pero hay una sola manera de destruir un agujero negro. Hay
una manera de terminar con la crisis.
Dicen que un agujero negro es capaz de
implosionar si se devora algo del mismo volumen y tamaño.
En este caso, la
única salida posible y viable, es que éste agujero negro se devore a la
dirigencia.
Sólo así, Independiente puede volver a estar en armonía y volver a
empezar...
Poner los pies sobre la
tierra y volver a pelearle a la vida.
Fuente Monarquía Roja
Nota de rrrojo: (1)
Nota de rrrojo: (1)
entropía
- f. fís. Función termodinámica que es una medida de la parte no utilizable de la energía contenida en un sistema o materia.
- inform. Medida de la duda que se produce ante un conjunto de mensajes del cual se va a recibir uno solo.
- mec. Medida del desorden molecular de una materia o sustancia:
los fluidos tienen más entropía que los sólidos. - Desorden, caos.
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