Por Mauro Erbiti
Diego Rodríguez, que había sido relegado al banco de
suplentes en las primeras tres fechas de la B Nacional por Fabián Assmann,
volvió a la titularidad ante Atlético Tucumán y fue la figura del equipo. Con
grandes intervenciones, salvó al equipo de una goleada histórica y le demostró
al técnico Miguel Ángel Brindisi que debe ser el defensor del arco del Rojo.
Desde los primeros minutos, el Ruso mostró que estaba
atento. Primero, tuvo dos salidas con los puños en centros al área. Luego,
siguió con varias salidas rápidas ante contraataques tanto de Martín Morel como
de Luis Rodríguez. Ya de entrada, Diego dijo presente.
Poco tuvo que hacer en el 1 a 0 del Decano: Edgardo
Galíndez desbordó y marcó un golazo con un remate al segundo palo, inatajable
para él. En el segundo, en cambio, pudo haber hecho algo más ante el remate de
Morel. El ex Tigre recibió en soledad y tuvo tiempo para definir ante una
defensa que no marcó y un arquero que tardó en salir.
Sin embargo, el Ruso siguió en un gran nivel. Completó
una buena primera parte, sacando un cabezazo tremendo en el área y también con
otras salidas rápidas. Y, en el segundo tiempo, le ahogó de entrada un mano a
mano y luego un remate a la Pulga Rodríguez.
Con cinco chance netas de gol atajadas, Rodríguez fue
sin dudas la figuras del equipo. Le demostró a Brindisi que debe ser el titular
y fue gracias a él que esta derrota no terminó en goleada.
Fuente Infierno Rojo
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