La conferencia de prensa de Cantero junto a Brindisi,
intentando explicar que el entrenador e Independiente llegaron a un acuerdo
para desvincularse, resultó triste, y el tiempo juzgará lo ocurrido hoy en
Avellaneda, también en racing.
Extraños los casos de los dos máximos rivales futbolísticos
de Avellaneda, que el mismo día y con minutos de diferencia, montaron idénticas
escenificaciones para transformar el despido de sus entrenadores en decisiones
tomadas "de común acuerdo". Y en medio del show mediático, ni
siquiera se superpusieron televisivamente.
En lo que a nosotros respecta, Brindisi pudo haberse
equivocado mucho. Pero llegó con el barco hundido y puso la cara siempre. Su
porcentaje de responsabilidad en esta historia es mínimo y el tiempo nos
terminará convenciendo de que su paso por el Rojo es ética y humanamente, lo
mejor que le pudo haber pasado al Club.
Por el lado de Cantero, ya solo con la silla que lo
acompañaba vacía, pareció la imagen de la derrota, no personal ni deportiva,
sino de un ideal, un proyecto que nació de manera genuina y convincente desde
el reclamo de una masa societaria que deseaba un cambio profundo en la forma en
que se debía conducir al Club.
Lamentablemente, cuando la expectativa era tan grande el golpe
de la realidad también lo es en igual medida. Desafortunado en la mayoría de
sus declaraciones, el Presidente Rojo dejó pasar otra oportunidad de recomponer
su imagen. Una pena, realmente la de Independiente.
Fuente La Caldera del Diablo
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