De Sarandí a la cima del mundo: el ferretero que generó una
fortuna incalculable
Pasó de Sarandí a las Torres de Puerto Madero y de manejar
el modesto negocio familiar a ser vicepresidente "del mundo".
'Don
Julio' se transformó en 'El Jefe' y creó cuanto emprendimiento fuera necesario
(con socios ocultos y testaferros) para que ningún negocio quedara fuera de su
órbita.
Desde albergues transitorios a funerarias, negocios agrícolas, empresas
de construcción y todo lo que pudiera controlar a partir del fútbol... Un
patrimonio que se incrementó de forma incalculable
"Mi papá me dejó mucha plata". Esa fue la concisa
respuesta de Julio Humberto Grondona ante la apremiante e incómoda consulta que
le hicieron haces pocos meses atrás (a fines de mayo en el programa La Cornisa
de América) entorno al considerable aumento de su patrimonio. El absoluto y
eterno poder que logró crear para apropiárselo, provocó que muy poco pudiera
saberse de sus negocios personales, o más bien que pocos se animarán a sacarlo
a la luz.
Con apenas 20 años, en 1951, Julio debió abandonar la
carrera de Ingeniería que cursaba en la Universidad de La Plata para hacerse
cargo del negocio familiar (la modesta ferretería ubicada en Independiente 539
de Sarandí) por la hemiplejia que dejó postrado a su padre Enrique. Asociado
con Emilio Lombardi, el comercio creció y se transformó en el corralón
"Lombardi & Grondona". Casualmente, con dichos amigos íntimos
compartían también el tambo familiar 'Don Emilio' de 159 hectáreas, ubicado al
borde de la Ruta 20 en Coronel Brandsen. Las familias compartían el lugar,
alternándoselo una semana cada uno. Claro, hasta que las partes se distanciaron
y en noviembre de 1997 'Don Julio' pudo darse el gusto de comprar la otra parte
y convertirse en el dueño absoluto (hasta entonces, la mitad del corralón y la
mitad del tambo era todo lo que el padre había dejado como herencia).
Ya con Nélida Pariani como su compañera fiel y sostén en
todo aspecto, 'Don Julio' comenzó a despuntar el vicio de la redonda (era un
enganche que hizo las inferiores en River, donde jugó hasta la 5ª división) y
mezclarlo con su fuerte: los negocios. Fue en 1957 (más precisamente el 11 de
enero) cuando fundó su propio club, Arsenal. Delegando poco a poco el manejo a
su familia, Grondona pasó a entrometerse en la política de la entidad de la que
era hincha, Independiente. Militando en la mítica Lista Roja, llegó a la
presidencia en 1976 y se mantuvo en el cargo durante tres años.
Avanzando en el plano dirigencial del fútbol a pasos
agigantados, fue entonces que llegó a la presidencia de la Asociación del
Fútbol Argentino (en 1979 de la mano del vicealmirante Carlos Alberto Lacoste
en plena dictadura). Ya en 1988 pegó el gran saltó y llegó a la vicepresidencia
"del mundo" (como él mismo dijo en una entrevista), además de
presidir la Comisión de Finanzas (pasando de administrar el dinero de una
ferretería en un caja de zapatos a hacerlo en una entidad que facturaba 250 mil
millones de dólares al año) y el Consejo de Mercadotecnia y Televisión de la
misma FIFA.
Paralelamente, 'El Jefe' iba trabajando en su patrimonio
personal para así incrementar el legado que su padre le había dejado. Claro que
'Don Julio' no había llegado a la cima del mundo por mera casualidad, sino
gracias a su sagacidad e inteligencia. Así es que comenzó a crear cuentas
secretas y empresas ocultas a nombre de fieles laderos. Casi sin dejar ningún
rubro libre, las principales inversiones apuntaron a los negocios que él
dominaba casi a la perfección: la construcción y el fútbol (entiéndase en este
último punto todo lo que pueda relacionarse a la redonda: merchandising,
organización de torneos, publicidad, televisación, etc).
Una de los negocios más polémicos de la gestión del ex
presidente de la AFA pasó por la empresa Puntogol ST&M S.A, creada en enero
de 1998 bajo el nombre de ISL por Rogelio Riganti (un vecino de Villa
Constitución que era proveedor de la ferretería de los Grondona). Con Eduardo
Mauricio Martino como presidente y titularidad compartida con el ex titular de
Independiente, Julio Comparada, las 'cabezas' del negocio fueron el propio
Riganti y el español Jesús Samper Vidal (empresario líder del Grupo Santa
Mónica, una compañía de marketing deportivo). Fue precisamente a Santa Mónica a
quien casualmente fue vendida la empresa en 2007, siendo dicha empresa la que
posee los derechos de la transmisión de todos los partidos de la Selección y de
todo su merchandising (es Agente Exclusivo de la AFA), además de ser
organizadora de la 'novedosa' Copa Argentina.
Fuente Play Fútbol
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.