El 23 no aporto desequilibró y ni generó juego. Mal.
Montenegro volvió al equipo pero no le dio la jerarquía que
Almirón quiere para tener más calidad.
"Estoy convencido de que Montenegro nos va a dar el salto de
calidad que estamos necesitando”. Una pregunta surgió casi por decantación
cuando Jorge Almirón confirmó que el Rolfi iba a ser titular ante Estudiantes:
¿Podrá adaptarse al fútbol vertiginoso y con transiciones rápidas en el medio
que pretende el técnico? Anoche pareció dar indicios de que no.
El enlace, que no
había jugado en la primera fecha frente a Atlético de Rafaela, reapareció tras
cumplir una fecha de suspensión y no tuvo una buena actuación.
Su regreso
estuvo en sintonía con el epílogo del semestre pasado, cuando se lo vio alejado
de los papeles protagónicos.
No aportó desequilibrio individual y tampoco se erigió como
la usina de gestación de juego del equipo.
“Hay que tener en cuenta que no hizo
la pretemporada con nosotros y sé que va a ir mejorando a medida que vaya
sumando minutos. Es un jugador de mucha jerarquía y le vamos a dar tiempo”, había
anticipado Almirón.
Claro, con el nivel que el 23 (usó el número como en el
Apertura 2002 cuando fue campeón) demostró en La Plata, deberá hacer horas
extras.
La Plata (corresponsal).
Fuente Olé
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