Lucero y Riaño festejando el gol ante Rafaela.
Por Favio Verona
Juan Martín Lucero y Claudio Riaño se entendieron bien en el
primer partido del torneo ante Rafaela y se ilusionan con conformar una
interesante dupla de ataque.
Esa pared que edificaron para bajarle el telón al partido
ante Atlético de Rafaela fue el colofón perfecto para una tarde en la que la
ilusión de la gente despertó después de una extensa siesta.
En esa jugada afloró la alquimia indescifrable, esa que no
se rige por las leyes de la lógica. En esa maniobra que terminó con un sutil
pase a la red para sellar el 3-0 quedó en evidencia qué es lo que pretende
Jorge Almirón.
Claudio Riaño y Juan Martín Lucero no precisaron muchos
partidos para entenderse. El maridaje surgió como una expresión espontánea en
el primer encuentro. Y si bien sería un error despojarse de la prudencia, no
conceder plazos para el análisis y caer en el terreno de los juicios
apresurados, el entusiasmo traducido en aplausos reflejó el entusiasmo que se
apoderó de la tribuna. “Podemos armar una buena sociedad”, coincidieron ambos
delanteros.
Lucero, quien viene de convertir 24 goles en la última
temporada en Defensa y Justicia, fue la única referencia de área de
Independiente. Y Riaño, a quien no le concedieron muchas oportunidades en Boca,
fue su satélite. Explotó su velocidad para desenvolverse por todo el frente de
ataque y, sin el egoísmo que suelen tener los delanteros, abasteció al Gato en
varias oportunidades. “Me gusta arrancar a jugar adentro y después tirar la
diagonal para aprovechar los espacios que hay por afuera. Soy bastante mixto y
el Gato también, así que nos entendemos muy bien”, contó Riaño. “Almirón me
pide que me junte con Claudio y que presionemos bien arriba para tapar la
salida del rival. Nos dice que tratemos de juntarnos por abajo para aprovechar
los espacios”, comentó Lucero, quien se desahogó sobre el final del partido,
pero dilapidó tres situaciones claras. “Es complicado cuando un delantero tiene
muchas chances y no las concreta porque si no lo sabés manejar vas perdiendo
confianza. Igualmente estaba tranquilo porque sabía que si las situaciones me
quedaban a mí, era porque estaba bien parado”, agregó.
“Nosotros también nos ilusionamos con el rendimiento que
tuvimos. Debemos mejorar en algunos aspectos, no sólo en lo defensivo. Al ser
tan ofensivos por momentos quedamos un poco expuestos atrás, pero además
tenemos que ser más efectivos”, reconoció Riaño. Y su compañero de ataque
añadió: “Todavía tenemos pocos días de trabajo, pero vamos por el buen camino.
Creo que contra Estudiantes van a entrar todas las que no pude meter el último
domingo”.
Fuente Olé
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