El Tolo llegó temprano al entrenamiento para despedirse
del plantel.
Américo Gallego llegó bien temprano al predio de Villa
Domínico para despedirse de los jugadores y cerrar así su tercer ciclo al
frente de Independiente.
Luego se fue oculto en un auto de un colaborador.
Terminó su pesadilla.
La derrota con Unión, porque nadie consideró de otro
modo ese 1-1 del viernes en Avellaneda, marcó un punto de inflexión. Era el
plazo que se había puesto íntimamente Américo Gallego y, si bien tenía alguna
intención de seguir, al final le pidieron un paso al costado para descomprimir
tensiones. El sábado a la noche quedó resuelta la salida del entrenador y,
mientras Javier Cantero sondea nombres y ya le apunta con todos los cañones al
uruguayo Jorge Fossati, el Tolo pisó por última vez el predio de Villa
Domínico...
En un Peugeot 206 gris, a las 7.45 de la mañana, el
entrenador llegó a Villa Domínico incluso antes que lo jugadores para
despedirse personalmente del plantel y ponerle así punto final a su tercera
etapa al frente del equipo, después de 24 partidos (15 del Inicial y 9 del
Final), con 5 triunfos, 9 empates y 10 derrotas, lo que redondea un 33% de
efectivdidad.
Antes de las 10, y sin que nadie pudiera pescarlo, abandonó el
club. Con la particularidad de que, para evitar a la prensa y el diminuto grupo
de hinchas que estaba afuera, lo hizo escondido en el auto de uno de sus
colaboradores.
Triste final.
Fuente Olé
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