El aporte del Rolfi, Caicedo y Fernández fue
fundamental.
Por Alejandro
Casar Gonzalez
Dos de los máximos responsables de la victoria: Caicedo
abraza a Fernández | Mauro Aflieri - LA NACION
Faltaba una hora para que Independiente jugara con
Argentinos y en los parlantes del Libertadores de América sonaba "Creo en
los milagros", de Los Ramones. Más que una canción, era una declaración de
principios. Claro que para hacer realidad el milagro de la victoria los
dirigidos por Miguel Brindisi debían solucionar un déficit particular: apenas
seis goles en diez fechas. Que su máximo realizador sea un defensor central
(Cristian Tula, con dos goles) ilustra la alarmante anemia ofensiva del equipo.
Brindisi buscó respuestas en el banco, probó durante la
semana y se decidió por el Tecla Farías. A Adrián Fernández, otro que domina el
libreto del delantero, el DT lo corrió a la izquierda. Montenegro, como de
costumbre, fue enganche. Así empezó el partido.
Así quedo la tabla de los promedios
El experimento no dio resultados. Porque Fernández es
más delantero que carrilero y, sobre todo, porque Farías se divorció de la red.
Ese matrimonio que alguna vez pareció romance eterno está roto. Al jugador de
Trenque Lauquen le llegó una sola pelota en el primer tiempo. Su remate pareció
de un aficionado. Además, coleccionó cuatro posiciones adelantadas en cinco
minutos.
El ingreso de Caicedo en el entretiempo fue una
revolución. Fernández lo acompañó y Montenegro quedó como asistidor. Nació otro
Independiente, más punzante, más activo, más conectado. El Rolfi se sacó la
mufa de los penales (había errado el disparo frente a Boca) y pudo convertir,
por fin, por primera vez desde su regreso. Farías había errado el otro penal de
Independiente, contra Newell's.
Caicedo, que corre como un canguro y pelea cada pelota
como un león, se dejó la piel. Participó en los tres goles: intervino en la
jugada que derivó en el cabezazo de Galeano, le dio la pelota a Fredes antes de
que Garcé lo tumbara y se generara el penal y, por último, fue el autor
intelectual del tercer gol, señalado por Fernández. "Me sentí muy bien
jugando con él", dijo Caicedo sobre el juvenil paraguayo. La sintonía
entre ambos continúa fuera de la cancha: comparten la habitación en la
concentración.
Sobre el triunfo, Caicedo declaró: "Hay que tener
paciencia y vamos a poder salir adelante. Estos partidos te dan confianza para
trabajar". Fernández, por su parte, optó por rescatar el juego colectivo:
"Esto nos da un poquito de calma. Ganamos un partido y todavía estamos en
la lucha de siempre. Lo personal pasa a un segundo plano, esto es grupal",
dijo Fernández.
Mucho de lo que promete la sociedad Caicedo-Fernández
podrá concretarse con la ayuda del Rolfi. Su trabajo es volver a hacer goles.
Fuente Cancha Llena
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