Por Cristian Fernández
¿Para qué intentar explicarte algo que vos sentís como
yo?
¿Para qué buscarle la vuelta a algo que está prefijado por este destino
infalible que se nos presenta con esta cruel realidad?
¿Por qué tanto dolor
junto, por qué a nosotros y ahora?
¿Por qué nos toca vivirlo?
¿Cómo se para el
dolor?
Todas preguntas sin respuestas dañando a mi querido
Independiente, el tuyo, el nuestro, el de todos los días. El que pese a todo
nunca dejó de existir, el Orgullo Nacional y como tal tenemos que vestir sus
colores.
Justo ese color Rojo vivo que hoy sale a la cancha y
parece muerto. Y ahí está gran parte de todo esto. Los jugadores que se ponen
la camiseta parecen no entender un carajo. Y pido perdón por el exabrupto de la
palabra, pero un sinónimo haría repasar más de 100 años de historia, de copas,
de alegrías, de tanto pero tanto orgullo y sentimiento que se me pianta una
lágrima que cae en el teclado.
Y ellos se enojan.
Sí, los jugadores que se comieron DT
tras DT; que se les complica llegar a fin de mes y pelean los premios, sí los
premios y las primas; a los que si se los insulta les pesan las piernas y les
cuesta más.
Muchachos no entienden nada.
Ojo que hay excepciones, a mí modo de
ver las cosas: Tula (infiltrado), Morel, Mancuello (mete por todos), el Rolfi
(siempre da la cara, aunque no adentro de la cancha) y algunos pibes del club
que juegan por la camiseta.
También se pueden buscar culpables en los entrenadores.
El único que tiene una luz de ventaja es Mohamed, porque por lo menos ganó una
Copa Sudamericana.
Los demás pasaron con pena y sin gloria y junto con los
jugadores casi como que escupieron nuestro escudo.
De dirigentes ni hablar. ¿Y sabés por qué no digo
nada?, porque de gente inescrupulosa, delincuente o incompetente e inoperante
no se puede opinar haciendo un balance. Lo único que pido es la condena social
eterna.
Para ir cerrando, evitemos la violencia.
No nos va a
devolver nada, al contrario nos va a seguir sacando.
Vamos a romper y dañar lo
que luego tendremos que pagar. No obstante, no olvidemos ni perdonemos.
Nadie se merece vivir esto en Independiente. Ningún
hincha.
Ojalá el plantel logre comprender y dejen el alma, la sangre y la vida
en cada pelota en las nueve fechas que quedan. Para cerrar con dignidad, por lo
menos.
Porque a vos, a mí, al que la rema nos cuesta todos los
meses sacar ese dinero para la cuota o la entrada, pero lo hacés sin pensar,
por amor.
Y, aunque el aporte sea poco para el que lo da es inmenso, porque lo
hace desde el corazón.
Por eso, no destruyamos nada, aprendamos a exigir para
volver a ser. La chance es muy pequeña y con estos jugadores apáticos y
mercenarios parece nula.
Pero nunca nos olvidemos que pese a todo, fuimos,
somos y seremos el Orgullo Nacional.
Fuente Infierno Rojo
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