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domingo, 29 de septiembre de 2019

Infierno grande


(Foto: Télam)

Por Favio Verona

El Rojo juega mal, la tribuna explotó, el plantel está golpeado por los silbidos y los hinchas ya preparan una canción para el partido ante Talleres. “¡Vayan para adelante!”, se cantará.

El clima está muy caliente en Independiente. El triunfo ante Defensa (1-0) por Copa Argentina no fue suficiente para apagar la bronca de la gente. El Rojo ganó, pero la cancha habló y despidió al equipo con una silbatina que hirió el orgullo de los futbolistas.

El descontento es total. Y no se fundamenta en los resultados: el desencanto se sustenta en el mal rendimiento colectivo.

Sebastián Beccacece fue autocrítico, pero se defendió de los cuestionamientos apelando a las matemáticas:

“Llegamos por primera vez a los cuartos de final de la Copa Argentina, si ganamos el partido pendiente ante Newell’s vamos a quedar a cuatro puntos del líder de la Superliga, logramos el 61% de los puntos en el semestre y en siete encuentros de doce mantuvimos la valla invicta. Noto un clima muy extraño”.

Lo que el técnico no mencionó es que Independiente es un equipo indocumentado: por ahora no tiene identidad.

“¡Dale, dale que ganamos la concha de su madre! ¡Que digan lo que quieran!”, bramó Martín Benítez mientras los chiflidos castigaban al plantel tras el deslucido triunfo ante el Halcón. El delantero luego bajó el tono con un comunicado en su cuenta de Instagram, pero lo acontecido refleja el nivel de malestar que hay en el club.

Lo que se palpa es decepción. Beccacece había generado ilusión por cómo hizo jugar a un Defensa que poseía menos recursos. Pero desde que llegó al Rojo no plasmó la idea de juego por la que lo fueron a buscar.

“Es muy difícil tener creatividad con todo este conventillo que se ha generado”, justificó el entrenador. La falta de feeling con la gente reside en la postura del equipo. Han sido varios los partidos en los que se resignó el protagonismo y se apostó a achicar líneas hacia atrás, algo que representa un pecado capital en un club que incluso en los malos momentos se ha jactado de mantener incólume el paladar negro que se trasmite de generación en generación. El plantel está sorprendido por la impaciencia del público. La silbatina que los jugadores recibieron el jueves fue un mazazo.

“Es la hora de que todos tiren para el mismo lado: nosotros, los dirigentes y también la gente”, reclamó Gastón Silva.

En eIndependiente de Paladar Negrose contexto, Independiente recibirá a Talleres y los hinchas ya están ensayando una canción que comenzó a propagarse por las redes sociales. Una melodía que encierra un mensaje contundente para el técnico:

“Lo que manda la historia, lo aprendí de pendejo, en el Rojo se exige, me lo dijo mi viejo. Miren que esto no es Boca, esto no es Estudiantes, acá se juega al fútbol, vayan para adelante”.

Más claro imposible.


Fuente Olé

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