Por Diego Díaz
El conductor del programa Super Fútbol por TyC Sports, se
ocupó de la actualidad de Independiente haciendo un repaso rápido de los últimos
años del Rojo
Hace 25 años que el Rojo navega sin rumbo, combinando
campañas grises con violentos naufragios. La historia no se perdió pero deben
dejar de mancharla.
¿Hasta cuándo te van a maltratar? ¿Hasta dónde te van a
pegar? ¿Adónde vas a parar? ¿Cuándo vas a volver a ser lo que fuiste? ¿Cuando
volverás al "Será siempre Independiente... el orgullo nacional”. ¿Orgullo
por qué? Por identidad futbolera, dirigencias excelsas, grandeza institucional,
masa societaria, por títulos de todos los colores.
Hace 25 años que navega sin rumbo, combinando campañas
grises, pocas llegadas a la orilla (dos Copas Sudamericanas y una Liga ¡¡en
2002!!) con violentos naufragios, como el descenso y esta enorme crisis que
parece no tener fin.
Andrés Ducatenzeiler, Julio Comparada, Javier Cantero, Hugo
Moyano (segundo ciclo), técnicos sin estatura y jugadores sin pergaminos son
protagonistas de esta realidad que duele y que parece siempre encontrar un
escalón más para bajar. ¿Hasta dónde?
Se equivoca el Rojo si vive buscando culpables en Mauricio
Macri, Ariel Holan, Sebastián Beccacece, representantes y demás. Ya, a esta
altura, es una pérdida de tiempo. Hace bastante que el orgullo nacional es sólo
una hermosa canción lejos de estas épocas. Mea culpa, autocrítica: la historia
no se perdió pero deben dejar de mancharla.
¿Puede el último goleador del país, Silvio Romero, ser
cotizado en 700.000 dólares para el exterior? ¿Sánchez Miño puede pedir
entrenar con la reserva? ¿Puede la dirigencia pedir a la Federacion Paraguaya
que Cecilio Domínguez no se entrene en su predio? ¿No es un papelón? ¿Y Martín
Benítez irse volando, igual que Nicolás Figal? ¿Y la situación de Gastón Silva
y Martín Campaña? Quieren mucho dinero por varios de ellos. ¿Quién va a poner
mucha plata por jugadores que buscan alocadamente saltar por una ventana?
Se viene el campeonato económico, dicen.
El Diablo arranca casi en descenso con una urgencia de más
de 10 palos verdes. A esto también se llega cuando no se sabe gestionar. Hay
que entender que, para empezar a ganar, hay que dejar de perder. Es hora de
parar el motor, bajarse del camión, dejar de ver fantasmas y admitir errores.
Basta del “Che, ¡están en Independiente!”, descalificando a entrenadores y
jugadores. Ustedes también: ustedes dirigen a Independiente, ¡El orgullo
nacional!
Fuente MasRojo
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