Es curioso como, quien dice defender los derechos de los
trabajadores, y bajo ese pretexto, realiza los más violentos reclamos y
protestas.
Cuando le toca cumplir lo que él mismo firmó con su propio puño y
letra, los trabajadores resultan ser los victimarios, hipócritas, ladrones y
chupasangres.
No es intención de esta columna defender jugadores que hacen
doler los ojos cada vez que salen a la cancha.
Pero cierto es, que los
desorbitados contratos fueron todos y cada uno de ellos firmados por esta
dirigencia irresponsable.
Sus estrepitosos fracasos deportivos, sus irracionales y
millonarias contrataciones, la falta de conducción (¿curioso siendo camionero,
no?) institucional en todas las áreas del club, las deudas impagables
contraídas para poder pagar salarios millonarios y en dólares, más una soberbia
insoportable en su relación con el socio, han puesto al club de rodillas, sin
destino aparente.
En caída libre.
Fuente Infierno Rojo
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