La falta de gestión de los dirigentes, sumado a los pésimos
rendimientos deportivos, dinamitaron el vestuario de Independiente. ¿Y ahora
quién queda?
El problema se fue cocinando lentamente y muchos son los
actores de esta película de terror. Hay quienes tomaron un papel protagónico y
otros de reparto, pero la responsabilidad es compartida. Independiente se quedó
sin referentes y entre Lucas Pusineri y Jorge Burruchaga deberán inventarlos,
buscando adentro o afuera.
Los dirigentes descuidaron el vínculo con Martín Campaña,
Silvio Romero y Juan Sánchez Miño, mientras que estos tres encabezaron
semestres de desidia deportiva, como líderes del grupo. Además, otros jugadores
ascendentes en el vestuario decidieron irse del club por no soportar la
presión, la falta de pagos y sus pésimos rendimientos. Leandro Fernández,
Gastón Silva, Cecilio Domínguez, Braian Romero, entre otros, no seguirán y el
vestuario se debilitó.
Gustarán más o menos los que estaban, pero la realidad es
que hoy Independiente es un equipo sin referentes. ¿Acaso Andrés Roa podría
tomar la posta por haber jugado 3 partidos arriba de los 7 puntos?, ¿Pablo
Hernández que viene de una lesión de 8 meses y le llevará un tiempo retornar?,
¿Alan Franco y Fabricio Bustos, que esperan ofertas para ser vendidos al
exterior? ¿Alexander Barboza o Lucas Romero, que todavía no demostraron por qué
Independiente los compró por millones de dólares?
¡Y a los pibes del club hay que cuidarlos, porque sin un
contexto favorable podrían ser echados a perder! La buena camada que subió de
Reserva necesita de tutores que los ayuden a crecer derechos.
Va más allá de la capitanía, que tampoco tiene dueño. Si hay
algo que Independiente debe ir a buscar en el mercado de pases es un referente
sano. Alguien que acomode el clima interno y que trabaje junto al DT y al
Manager para reencausar un plantel caído.
Fuente Infierno Rojo
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