Fue pensado por Holan para ser el eje del juego. A los 36
años, tiene la inteligencia para conducir con un estilo directo: arranque como
interior y llegada.
Por Ariel Senosiain
Si un técnico incorpora sólo un centrodelantero, queda claro
que con lo que no está conforme es con la contundencia. Si se arregla con lo
que tiene y suma un central, busca mayor seguridad. Pero si cambia toda la zona
media, evidentemente piensa que hay que reconstruir el equipo. Así sucede con
Independiente, que prueba en esa zona a un juvenil (Domingo Blanco) y dos
refuerzos, Nery Domínguez y Walter Erviti.
Es más fácil que sea líder uno que permanece que un recién
llegado. Pero a Erviti lo ayudará la conciencia general de que lo necesitan.
Los jugadores están receptivos. Y en todo caso, lo que falta no es alguien que
discuta con la dirigencia sino quien pueda contagiar espíritu competitivo y
manejar los tiempos de un partido.
Puestos a distinguir diferencias entre el estilo que
pretendía Milito y el que pretende Holan, los jugadores coinciden en que el
anterior pedía más elaboración y el actual quiere un juego más directo. Para
esto la velocidad no debe ser de los jugadores sino de la pelota. Y Erviti, que
seguramente pierda en los 100 metros contra casi todos sus compañeros, es el
hombre indicado.
En este momento de su carrera no se va a entretener con la
pelota; sabe que lo pasan por encima. Hoy entiende que si él se cansa, la
pelota no. Y tiene suficiente precisión para jugar de primera.
Pasó de volante bien abierto a la izquierda, incluso con
partidos como lateral en México, a moverse cerca del 5. Pasó, también, de
disfrutar de tirar caños a enorgullecerse por aportar en la marca. Erviti nunca
se creyó un crack, por lo que entendió que debía amoldarse a los pedidos de los
técnicos. Así fue como, con Falcioni, primero hacía jugar a James Rodríguez,
luego ayudaba a Somoza en aquel Boca poco vistoso pero muy efectivo y
últimamente, tenía libertad para jugar en el último tercio.
En este Independiente será uno de los volantes que se muevan
a los costados del 5, lo que la nueva jerga denomina interior. Una clave para
esa posición es la movilidad. Que pueda recibir a espaldas de los volantes
rivales que salen a presionar, con lo que el ataque avanza un casillero, algo
que Erviti sabe.
Se vio poco por ahora del Independiente de Holan. Pero los
técnicos de los rivales en los amistosos (ver aparte) coinciden en que el
equipo se mueve alrededor del zurdo. Los compañeros sabrán ya que deben
ofrecerse como descargas. Y él asumirá, arrancando desde atrás pero con la idea
de llegar, la función de conductor que por características puede tener y por
circunstancias, no asumió en otros momentos.
Un nuevo desafío a sus 36 años, cuando la mayoría se retiró
y los que quedan tienen tareas menos complejas que las que tenían antes.
Fuente Olé
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