Por Carlos Perez
El día siguiente a la consumación del éxodo definitivo de
determinados líderes de Independiente uno se puede hacer varias preguntas.
¿Ésto es meramente deportivo? ¿Quién lo decidió? ¿Cuál fue la razón puntual
para esta pasada de escoba evidente? ¿Es correcto que lo hayan hecho?
Los resultados deportivos no acompañaron al club en el
último año, es cierto. Un tercer puesto en la zona en el primer certamen del
2016 con Mauricio Pellegrino y con eliminaciones tempranas en la Copa Argentina
y la Sudamericana ante equipos menores como Defensa y Justicia y el tristemente
célebre Chapecoense, ya de la mano de Gabriel Milito más una discreta primera
mitad del torneo que aún se disputa -aunque no se sepa bien cuando- podrían ser
una de las razones. Ahora bien, ¿Dónde entran los que se quedaron? ¿Es Martín
Benítez -quién en el último amistoso jugó de 9-, por citar un caso, más que
alguno de los que se fueron? Si alguno piensa como los turcos hace un año que
cambie el nombre y le pongan otro, da igual. El tema no pareciera estar atado a
lo futbolístico.
La segunda pregunta, acerca de quién tomó la decisión, es
probablemente la que más polémica traiga. Según Pablo Moyano, Ariel Holan, un
día después de declarar que Germán Denis era el único delantero centro que
tenía en el plantel con esas características, dijo que no lo iba a tener en
cuenta. ¿Alguien puede creer que Holan, un entrenador que se moría de ganas de
dirigir al club, pudo tomar esa determinación? Supongamos que en los casos de
Hernán Pellerano y Jorge Ortiz sí fue el DT quién por motus propio les dijo que
no los iba a tener en cuenta, ¿tuvo semejante espalda como para echar a
jugadores de peso como los dos mencionados, Denis, Cebolla, Vera y Cuesta? La
respuesta está clarísima en este item, todo fue una decisión dirigencial.
Y la dejó expuesta el Secretario General, Héctor Maldonado,
en su jugoso diálogo en Campanas del infierno cuando dijo: “Milito debía tomar
decisiones y no quiso. Se fue para no llegar a este momento de limpieza en el
plantel”. Yoyo queriendo hacer quedar como un tibio al Mariscal, terminó
dejando expuestos a sus compañeros de CD de pasar la escoba.
¿Está bien que lo hayan hecho? Razones tenían, más allá de
los resultados si una dirigencia ve que hay camarillas, que no tiran todos para
el mismo lado o las razones que fueran, tienen todo el derecho de tomar
determinaciones. Y quién redacta estas líneas coincide en casi todos los
borrados, al menos los que se fueron por rendimiento. Quizás hubiese sido
preferible en junio cuando se podían incorporar más jugadores pero claro, había
un DT que no quería hacer lo que le decían. Lo que no se puede permitir ni
tampoco es serio es que no se hagan cargo. ¿Cuál es el problema que lo digan?
No hace falta adjudicarle a un DT con poco rodaje como Holan una borrada
semejante. Es exponerlo ante el hincha, que si tiene la desgracia de no
arrancar bien, va a ser el primer foco de culpabilidad cuando no debiera serlo.
Sería importante un sincericidio entre los dirigentes. Que
cuando presenten a los refuerzos o en algún otro momento den la cara y
reconozcan la decisión que tomaron, sobre todo porque eso le va a dar aire al
entrenador de Independiente, que aun no debutó de manera oficial y ya le
encajaron varios “cadáveres”. Para las elecciones falta mucho muchachos, pero
así como celebran -y con razón- los avances del estadio -de los cuales Holan no
tuvo nada que ver-, sería positivo que se hagan cargo de las polémicas
decisiones también.
Fuente Orgullo Rojo
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