Por Christian Ginko
El actual mercado de pases, aparte de tres jugadores nuevos
y varias bajas, dejó al desnudo las diferencias entre lo que dicen pedir los
dirigentes y lo que terminan aceptando.
Si hay algo que dejó el mercado veraniego, además de las
llegadas de Walter Erviti, Nery Domínguez y Emmanuel Gigliotti, y la salida de
varios referentes, son las contradicciones de los dirigentes de Independiente,
quienes dicen pedir un monto y terminan aceptando otro inferior. Los casos de
Diego Vera y Víctor Cuesta son los principales.
En el primero, Jorge Damiani había asegurado que Vera solo
iba a ir a Lanús si ponían 2 millones y medio de dólares. Fue por esto que
Nicolás Russo, presidente del Granate, desistió de los servicios del uruguayo
de 32 años. Al final, Independiente terminó vendiendo al delantero a Colón por
16 millones de pesos, menos de lo que le había pedido al club granate.
En el segundo, Pablo Moyano fue quién había afirmado que
Víctor Cuesta solo se iba a ir si el club comprador ponía 6 millones de
dólares. Al final, los dirigentes del Inter de Porto Alegre evidenciaron una
vez más las contradicciones de la dirigencia de Independiente y compraron el
50% del pase del defensor por 2 millones de dólares sumados a una
obligatoriedad de compra del 50% restante en 2018.
¿Estrategia para obligar a los demás clubes a pagar más o
debilidad para negociar? Lo cierto es que, entre lo que pedían y lo que
terminaron aceptando, hay una diferencia muy grande.
Fuente Infierno Rojo
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