Las emotivas palabras de Milito.
Por Favio Verona
Líder por talento y compromiso, Gaby Milito tuvo su
despedida en un partido lleno de figuras y emociones.
"Soy un desprendimiento de la tribuna. Si no estuviese hoy
acá, estaría allá, con ustedes”. Con el timming justo, Gaby hace que la gente
se excite.
Quizás alguno pueda olfatearla como una frase tribunera y es cierto:
le sobra cemento. Pero de la Doble Vicera de cemento, la histórica forma de
nombrar al ahora “Libertadores de América”.
Es curioso, porque Gabriel Milito
está -en años- lejos de aquellos días de gloria copera. Hasta siendo demasiado
crudos, su carrera, exitosa acá y allá, quedó más cerca del descenso que de las
grandes hazañas.
Sin embargo, tiene credencial VIP en el salón de la fama de
Independiente. Y como él mismo dice, entró a este mundo como hincha, de la mano
de su abuelo Antonio “Que me metió esta pasión”. O estas pasiones, bien podría
decir, porque comenzó llevándolo a la cancha a ver al Rojo y también a jugar al
club “Viejo bueno”, de Quilmes. Oh casualidad, porque esa definición es la que
sienten hoy los fanas para con Don Antonio: viejo bueno que llevaste a Gaby
hacia la histórica esquina de Alsina y Cordero.
Casualidad, también, porque
aquel pasaje Cordero ahora se llama Ricardo E. Bochini, y es justamente el
enorme Bocha quien entra a la cancha al final del partido y le entrega una
plaqueta a Gaby.
Y es el único que, por unos pocos segundos, se roba infinitos
aplausos y opaca la despedida del Mariscal. Fue un instante merecido para
Bochini y que debe llenar de orgullo a Milito, porque este partido, lleno de
estrellas internacionales y no tanto, pero todas alineadas detrás del homenajeado,
reconcilió a parte de la historia reciente del club con su gente.
Y Forlán, por
el que algunos murmuraban su negativa a querer volver, fue ovacionado, igual
que el Tolo Gallego.
Hay 32.000 personas en el estadio, muchos jugadores y ex
jugadores cercanos que juegan o miran, pero da igual: participan.
Como los
hijos de Milito, Santiago y Luca, que patean junto a su papá antes del final
del partido.
También aparecen, mientras Patricia Sosa canta Honrar la vida, su
esposa Silvina, sus padres Jorge y Mirta, su hermana Natalia y Diego, el
hermano con el que lo enfrentan los desafíos a la Play, Independiente-Racing,
Barcelona-Inter, Guardiola -Mourinho, Inter-Barcelona, y lo hermana el resto de
la vida.
Y entona la gente. “Si sos hincha del Rojo tenés que cantar: muchas
gracias, muchas gracias Mariscal”.
Gracias por el compromiso y porque este
homenaje al ídolo haya sido un beneficio para el club.
Eso sí que es honrar la
vida.
Fuente Olé
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