El volante de 34 años sigue vigente.
Montenegro se convirtió en el gran sostén de Independiente
en la BN y en 2014 buscará seguir en un alto nivel para guiar a su equipo al
tan ansiado ascenso a Primera. Jerarquía y liderazgo en el experimentado
volante.
Tras el fatídico descenso a mitad de año, Daniel Montenegro
fue uno de los jugadores del plantel que decidió continuar en el barco y
aventurarse en la inédita travesía de la B Nacional. Sabía que podía darle más
a Independiente y ser un sostén en la segunda categoría. Por eso se quedó. Para
dar una mano en un momento adverso. Y, transcurrida la primera parte de la
temporada, el Rolfi se convirtió en baluarte del elenco conducido por Omar De
Felippe, ahora en zona de ascenso.
El primer semestre de 2013 no había sido sencillo para
Montenegro y compañía. El volante, de 34 años, había pegado la vuelta desde
México para ayudar a mantener la plaza en Primera. Sin embargo, su rendimiento
y el del equipo no estuvieron a tono y todo terminó con el final más triste.
Dando vuelta la página, tras un comienzo flojo en la BN que
derivó en la salida de Miguel Angel Brindisi, Independiente cambió su cara con
De Felippe. Y el Rolfi también se vio afectado de manera positiva. Con la 10 en
la espalda, es el guía y referente principal dentro del campo de juego. Voz de
mando, experiencia y jerarquía para ayudar a sus compañeros. Ah, y aporte de
goles: ya lleva ocho en lo que va del torneo. Un indispensable, sin dudas.
Para 2014, Montenegro tratará de conservar su buen nivel y
seguir siendo vital en el funcionamiento del Diablo para ayudar a la concreción
del objetivo de retornar a Primera, el lugar de Independiente.
Fuente Olé
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