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jueves, 26 de diciembre de 2013

Independiente, en su año más cruel y traumático



No olvidará un 2013 a los saltos. Descendió por primera vez en 108 años, debe casi 400 millones y la barra brava sumó tensión. El equipo repuntó sobre el final.

Por Diego Morini
   


Las lágrimas del día del descenso.  Foto: Archivo

Algunas heridas no cierran nunca. El dolor persiste y la cicatriz no se puede disimular. Es que 2013 resultó el año más cruel en la vida de Independiente . Jirones de gloria tirados por el piso y momentos impropios de la historia de una institución que siempre caminó por una alfombra roja. Todo fue tan traumático que duele el recuerdo. Se suceden las imágenes y se vuelven grises: descenso, barrabravas, renuncias, cambios de entrenadores, violencia, sospechas, culpas, golpes de efecto, amenazas, oportunistas y una pelota de fútbol.

El sábado 15 de junio quedó clavado en el corazón de los Rojos, aunque esa estocada resultó la consecuencia de una suma de malas determinaciones que lo empujaron al abismo. Se apostó por el retorno de Américo Gallego , como hombre que entendía la idiosincrasia del club, pero, cegados por una realidad diferente, el técnico y el presidente Javier Cantero terminaron por cerrar un proyecto que el 14 de abril llegó a su fin después de una campaña con 10 derrotas, 9 empates y 5 triunfos.

Aunque imaginar que la eclosión de Independiente está atada a una pelota es perder de vista que los problemas son mucho más profundos. Porque la renuncia de Florencia Arietto (el 4 de febrero) como jefa de Seguridad del club desnudaba una feroz interna en la tribuna y una señal de que las energías del presidente Cantero por combatir a los violentos estaban en claro declive. Diferencias con el presidente terminaron con la gestión de la abogada que intentó pisar fuerte y aplicar con vehemencia el derecho de admisión, pero el mandamás de los Rojos no estaba muy de acuerdo con la nómina.

El vértigo y las urgencias desembocaron en determinaciones salvadoras: el desembarco de Miguel Brindisi, que suponía la salvación, ya que se especuló con que la sugerencia de Julio Grondona para la contratación del DT era el guiño para evitar la pérdida de la categoría. Nada de eso sucedió: Independiente perdió la categoría -vale recordar que en ese contexto tomó la palabra ¡Julio Comparada!- y el proyecto Brindisi, después de 131 días, se diluyó con un anuncio por. Twitter: "De común acuerdo, Brindisi no es más el DT de Independiente. Magán y Anselmi dirigirán el entrenamiento del lunes". Un puñado de partidos en la primera y cuatro de la B Nacional determinaron el final de Brindisi. Otra corrida para buscar un conductor y Omar De Felippe apareció en escena.

Y, en el frenético camino para tratar de comenzar de buena forma la B Nacional , Independiente escribió otra de sus páginas más oscuras: en la primera Asamblea de Representantes después del descenso, se produjeron escenas dantescas, con sillas por el aire, golpes para Javier Cantero y varios integrantes de la comisión directiva del club con algunas heridas. El poder del mandamás de los Rojos se vio más afectado que nunca a pesar de manifestar que no iba a renunciar, pero desde allí se fue quedando cada día más solo, tanto que ya son diez los integrantes de su comisión que dieron un paso al costado.

Caos y más caos. Porque mientras se acomodaban lentamente las piezas con la conducción de De Felippe, afuera el infierno no detenía su marcha. Los conflictos con la barra brava nunca terminaron y el partido con Unión, en Avellaneda, por la 11ª fecha, tuvo que ser suspendido por decisión de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide), tras la detención de 35 barras armados en las cercanías del estadio Libertadores de América... Y con ellos comenzó una lamentable novela en la que Bebote Álvarez intentó recuperar la barra y terminó negociando con Loquillo Rodríguez.

Y el maquillaje pareció emparejarse cuando la pelota empezó a entrar, se impuso el discurso de De Felippe (se habla de que fue durísimo con sus jugadores en los entretiempos de los partidos con Huracán y Almirante Brown) y el equipo terminó el año en el tercer puesto y en la zona de ascenso. Algo de calma.

Pero le faltaba un capítulo denso a 2013 y fue la presentación del balance, que arrojó un pasivo de casi 400 millones de pesos y más imágenes de un tono agresivo para un desencajado Cantero.

Sin dudas, 2013 fue el año más traumático en la vida de Independiente. Demasiado para 365 días



Fuente Cancha Llena

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