En la gestión Cantero, Independiente falló en los refuerzos.
Si hoy llega alguien, tendrá que rendir de entrada.
Por Francisco Schiavo
Omar De Felippe en busca de no equivocarse de cara al
2014. Foto: Archivo
Independiente , aún sin jugar, atravesará momentos decisivos
por estos días. Será en el receso cuando intentará mantener las filas
organizadas para el semestre en el que buscará el ascenso a primera. Omar De
Felippe no quiere que nadie se vaya, por más que son insistentes las versiones
sobre una transferencia de Julián Velázquez. Si podrá engrosarlas será otro
gran tema, sobre todo porque Javier Cantero fue duramente cuestionado en ese
aspecto: en general, los mercados de pases no supieron darles grandes
soluciones a los Rojos.
"Si no se va ninguno de los muchachos de la base, me
arreglo con los que están. No quiero traer por traer. El que llega tiene que
marcar una diferencia". Palabra más o menos, así le describió la situación
De Felippe a Cantero. Independiente no quiere acumular futbolistas como alguna
vez lo hizo. Lo sabe el entrenador, que quiere un grupo comprometido y sin
fisuras. Lo ratifican los dirigentes, que ya se llevaron varios chascos,
incluso, con nombres de peso. Las penas económicas no permiten exageraciones
porque no hay plata.
Se habló demasiado en los dos años de gestión que lleva
Cantero. Lo hicieron los dirigentes, los entrenadores y hasta Ricardo Bochini,
como asesor externo. Se especuló con algún apoyo empresarial y hasta desde el
entorno de Sergio Agüero, llamativamente, dijeron que el Kun podría acercar
algunos apellidos importantes. Nada paso. Y, para algunos, todo se trató de un
posicionamiento mediático. Otra vez, si alguien se incorpora, será en condición
de libre para que el único gasto sean los sueldos.
Ni siquiera la levantada en la campaña -quedó tercero,
dentro de los puestos del ascenso- le dio la derecha con los refuerzos para la
B Nacional . Ya rescindió el contrato el uruguayo Christian "Pichón"
Núñez, a quien Gabriel Vallés, quien ya estaba en el club, le ganó el puesto.
Lo mismo sucedería con Franco Razzotti, quien, además, hizo un reclamo por
atraso salarial. El ex jugador de Vélez y Reinaldo Alderete ya no tuvieron
oportunidades cuando De Felippe recuperó a Marcelo Vidal, un joven que casi no
había tenido consideración. También se iría uno delanteros que llegaron hace
seis meses: Sebastián Penco o Cristian Menéndez. Sí rindieron, en cambio,
Martín Zapata, Facundo Parra, en su regreso, y Matías Pisano, recomendado por
Bochini, a quien Cantero trajo pese a las dudas de Miguel Brindisi.
Cantero hoy tiene poco margen de maniobra en el mercado por
las equivocaciones del pasado. El primer refuerzo de la gestión fue Ernesto
Farías, quien había sido tomado como una insignia. El Tecla, finalmente, fue
uno de los más cuestionados en la campaña del descenso; sobre todo, tras el
penal que falló en el 1-3 con Newell's, en Avellaneda, cuando el partido estaba
1-1.
Aún se le achaca al mandamás de los Rojos las altas para el
Inicial 2012, con Cristian Díaz como entrenador, en el que trajo muchos jugadores
mayores de 30 años que, de a ratos, se superpusieron en los puestos: por
ejemplo, Jonathan Santana, Víctor Zapata y Fabián Vargas (uno de los mejores).
Eso sin contar que, por caso, Luciano Leguizamón se incorporó como campeón en
Arsenal y vivió entre lesiones o que Roberto Russo era suplente en Godoy Cruz.
Fue un acierto el regreso de Daniel Montenegro, por quien
encabezó las conversaciones Américo Gallego, para el Final 2013. Eso sí: Rolfi
repuntó en la B Nacional. Claro que el Tolo debió conformarse con el colombiano
Juan Caicedo tras haberse frustrado las negociaciones por Dorlan Pabón y Martín
Cauteruccio. En el recuerdo, Caicedo quedó como la "bala de plata"
que dijo tener Cantero para el semestre en el que descendió el club de Avellaneda.
La cautela sobre las llegadas apareció hoy cuando ya se
habían escuchado nombres. Rodrigo Mora, Miguel Caneo, Mariano Pavone, Federico
Insúa y hasta Leonardo Ponzio. Nada de ello por ahora. Y, por como viene
perfilado, nada de nada. Imposible. A lo sumo, llegará alguien si se va
Velázquez. De Felippe buscará un zaguero corpulento y con personalidad. Y, por
si acaso, alguien de su cuerpo técnico ya habría hablado con Wilfredo Olivera,
a quien dirigió en Quilmes.
Independiente no puede fallar
Fuente Cancha Llena
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