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martes, 8 de octubre de 2024

El desorden perfecto

Independiente festeja ante Riestra. Foto: ph.arita

 


Por Nahuel Lanzillotta

 

Independiente se animó a romper estructuras para desarticular a Riestra y así pudo concretar el primer gol que abrió la vuelta al triunfo. El fútbol también es dinámica de lo impensado.

 

El fútbol es táctica, pero también es el arte de la improvisación, de la gambeta, de la sorpresa. El fútbol es orden y al mismo tiempo se trata de romper estructuras para dar luz a lo distinto, a lo que marcará la diferencia y hará vencedor a alguno.

 

Independiente se animó a desordenarse en Avellaneda.

 

El desorden intencionado puede ser la llave para quebrar la monotonía de un partido. Y el Rojo tuvo el impulso para salirse del molde y desarticular a la defensa de Riestra, algo que marcó el camino para iniciar el regreso al triunfo después de cinco empates en fila en el torneo local.

 

Más allá de los esquemas, que posiciones a los jugadores como fichas de ajedrez sobre un tablero, el juego requiere de inventiva, de creatividad y dinámica para poder producir la impensado y así no darle al rival de turno las referencias que le faciliten su tarea. El primer gol de Independiente en la tarde de este domingo es la prueba de ello.

 

Los actores rojos se movieron de tal forma que desorientaron totalmente a la defensa siempre atenta de Riestra. El equipo del Ogro Fabbiani había llegado al Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini con la premisa de mantenerse ordenado y hacer todo lo posible para llevarse algo, al menos un punto de regreso al Bajo Flores.

 

Pero el Diablo lo desnudó con una jugada en la que los protagonistas sorprendieron. Todo se inició en un choque casual entre Diego Tarzia y Pablo Monje en el que no existió infracción alguna. Gabriel Avalos se disfrazó de volante y estuvo atento para jugar rápida esa pelota que había quedado huérfana para que un compañero picara al vacío por el extremo izquierdo.

 

Ese jugador no era Tarzia, que ocupaba tácticamente dicho sector; era Felipe Loyola, que se había cruzado todo el campo para aparecer como un fantasma por el otro costado. El chileno se mandó como un rayo hasta el fondo y por el centro del área llegó otro que tampoco suele estar allí: Federico Mancuello.

 

Sí, como un falso 9, Mancu picó para arrastrar marcas al primer palo. Loyola mandó el pase al medio por abajo. Mancuello estaba en posición inmejorable para definir, pero optó por seguir jugando al engaño y abrió sus piernas para dejarla pasar. Así le dio una asistencia genial sin tocar la pelota a Santiago Montiel, que por todos los movimientos del equipo pudo definir en soledad de frente al arco para el 1 a 0.

 

Independiente generó un desorden perfecto queec dejó fuera de eje al adversario y aprovechó para concretar. Eso abrió la tarde que terminaría en un 3 a 1 contundente que podría incluso haber sido más abultado. Montiel anduvo encendido. Su golazo de tiro libre borró las sombras que se habían posado sobre el estadio luego del empate de Riestra (error de Marcone primero y de Loyola después). Y desde ahí, el Rojo impuso ritmo, juego e intensidad.

 

 

Fuente Infierno Rojo


 

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