Por Bruno Carbajo
La
Selección trasandina fue goleada 4-0 en lo que pudo haber sido un resultado más
abultado; Pipe debió lidiar todo el partido con el incansable Luis Díaz.
Colombia
ganó, gustó y goleó en Barranquilla. Venció 4-0 a una floja Selección de Chile,
por la fecha 10 de las Eliminatorias Sudamericanas, que terminó siendo una
espectadora del fútbol cafetero dentro del campo. De la mano de James Rodríguez
y la velocidad inagotable de Luis Díaz hicieron vivir a la defensa trasandina
una tarde a puro dolor de cabeza, de la que tampoco pudo salvarse un Felipe
Loyola de versión diferente a la de Avellaneda.
Como con
Brasil, Pipe volvió a ser titular con su Selección luego de que Ricardo Gareca
decida nuevamente utilizarlo como lateral derecho. Y a pesar de haber jugado
los 90 minutos y no tener responsabilidad en ninguno de los goles, lejos estuvo
de alcanzar el rendimiento que enseña en el Libertadores de América: mantuvo
poco contacto con el balón y nunca tuvo la chance de pasar al ataque. Aunque le
respuesta puede explicarse cuando en frente tuvo que lidiar con Luis Díaz,
quien desplegó toda su jerarquía y el jugador del Rojo lo sufrió en reiterados
mano a mano.
Más allá de
la goleada propinada y que Colombia desplegó un fútbol vistoso, Chile cavó su
propia tumba. Luego de que Davinson Sánchez abriera el marcador, a los 34
minutos, tras un insólito gol como consecuencia de que la pelota se desviara en
su nuca, el desconcierto trasandino llegó en el complemento. El encargado de
estirar el marcador fue Luis Díaz, quien aprovechó un insólito error en la
salida de La Roja para ampliar el marcador y dejó al partido en un punto de no
retorno.
Con el
parcial 2-0, Chile se derrumbó, dejó de luchar por la pelota y terminó
padeciendo los “Ole” de la hinchada amarilla, que se agarraron la cabeza en más
de una ocasión ante insólitas chances desperdiciadas. El tercero tardó en
llegar, pero se festejó cuando Jhon Durán aprovechó un contraataque luego de
otro regalo rival en mitad de campo. Y por cuestiones de inercia, el cuarto
estuvo en los pies de un Luis Sinistierra que lidió con una débil oposición
chilena a la hora de definir frente al arco.
Bajo dicho
desconcierto y estado de descoordinación total en todas sus líneas es que
Loyola intentó desenvolverse sobre la banda derecha. Contagiado por el
rendimiento colectivo, que registró cero remates al arco y ningún córner a
favor, nunca logró hacer pie en tierras colombianas.
Así las
cosas, la derrota deja puras dudas y nulas certezas para Chile, que sumado a la
caída de local ante Brasil, continúa en el fondo de la tabla de Eliminatorias
con cinco puntos. Por su parte, en Avellaneda aprietan el puñito gracias a las
óptimas condiciones en las que Loyola regresará a los entrenamientos. Al punto
que, en caso de encontrarse bien desde lo físico, deberá cambiar inmediatamente
el chip para vestirse de Diablo y visitar a Lanús, el viernes a las 19:15, por la
fecha 18 de la Liga Profesional.
Fuente Infierno Rojo
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