Clima caliente en La Fortaleza tras la victoria del Rojo.
Por Bruno Carbajo
Minutos
después de la victoria en La Fortaleza, los planteles caldearon los ánimos en
una gresca que estuvo cerca de pasar a mayores.
Independiente
comienza el fin de semana con una sonrisa de oreja a oreja tras llevarse para
Avellaneda los tres puntos contra Lanús, en La Fortaleza. Aunque quienes no
pudieron celebrar el triunfo desde que Andrés Merlos marcó el pitazo final
fueron los propios jugadores del Rojo.
¿Qué pasó?
Cuando ambos planteles se cruzaron en el túnel de camino a los vestuarios, la
diferencia de ánimos parece haber sido la chispa que encendió una pelea con
gritos, que necesitó la intervención de la seguridad privada y ocasionó un
escándalo que pudo haber pasado a mayores.
Un minuto
exacto de conflicto es lo que vivió los pasillos del Estadio Ciudad de Lanús, o
eso es lo que al menos registró una grabación de baja calidad que permitió
evidenciar lo sucedido. Igualmente, poco es lo que se llega a distinguir ante
el griterío y el tumulto de personas generado.
Para
comprender a fondo la secuencia, es necesario recapitular la historia hacia
cuando los equipos aún se encontraban en el campo de juego: Merlos marcó el
final del encuentro y mientras los jugadores se saludaban entre sí, la
transmisión captó un careo entre Felipe Loyola y Leandro Díaz, que no pasó a
mayores debido a la inmediata intervención de sus compañeros.
No
obstante, parece haber sido inevitable que se vuelva a subir la temperatura en
los vestuarios y fue allí donde se generó un alboroto, situación en la que un
pequeño roce podría haber ocasionado un desenlace más grave.
En medio de
los gritos, insultos y lo poco que permitía distinguir la grabación, la figura
de Rodrigo Rey se erigió como una de las responsables de calmar las aguas. El
arquero del Rojo es captado en la filmación liderando a la delegación Diabla,
pero con la mera intención de enviar a sus compañeros al vestuario e intentando
llegar a un acuerdo con el equipo Granate mediante el diálogo.
Del otro
lado, Carlos Izquierdoz, capitán de Lanús, se lo notó ofuscado con un jugador
en particular, al mantener la vista fija en un punto mientras se llevaba su
dedo índice al ojo, en el típico gesto que emula “tener cuidado”. No obstante,
con la presencia de efectivos de seguridad y miembros de cada cuerpo técnico,
la situación quedó en un mero griterío.
Una vez
bajados los decibeles y mientras los jugadores se retiraban del estadio,
Federico Mancuello tomó la palabra en representación del grupo. “Un poco triste
por el final. Los equipos deben aprender a ganar y nosotros fallamos en ese
aspecto: tuvimos actitudes malas con el rival y le pedimos disculpas. No es
algo que nos represente”, explicó.
Por su
parte, y para ponerle punto final a la situación, Rey también se hizo cargo de
los acontecimientos y agregó: “Dentro de la cancha hubo un cruce de palabras entre
un jugador nuestro y uno de ellos. El de ellos lo tomó a mal, vino a la zona de
vestuarios a esperarlo y nos metimos todos a separar. Justo ahí se revolea algo
de parte nuestra, entonces se subió más el tono y le dijimos a los referentes
de ellos que nos íbamos a hacer cargo de lo que pasó porque no está bien. Ya lo
charlamos puertas adentro”.
Fuente
Infierno Rojo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.