La selección para Río 2016 de Olarticochea: los jugadores
con los que cuenta y los que están en duda
El Vasco, director técnico del seleccionado femenino, es el
único profesional con contrato vigente con la AFA, lo que evitaría la determinación
de una entidad anárquica
Por Gustavo S. González
Foto: LA NACION
Julio Olarticoechea "será el entrenador del
seleccionado argentino para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro ". La
contundencia de la frase es como para que no se ponga en duda a quien la
pronunció. Pero del aquelarre de la AFA (aunque aquí no hay brujos ni demonios,
sólo negligencia) surgió la voz de Víctor Blanco, ex titular de la comisión de
selecciones -que se sepa, se alejó del cargo tras la Copa América Centenario-,
luego de la renuncia del director técnico de los mayores, Gerardo Martino.
El Vasco estuvo celebrando el campeonato del 86 en estos
días y se encuentra en funciones como DT de la selección femenina mayor.
Además, había asumido de manera interina como entrenador de la Sub 20 para el
torneo de L'Alcudia, que se jugará del 24 de julio al 4 de agosto, en Valencia,
pero en caso de asumir esta nueva función no podría acudir a ese certamen.
El dato que a Olarticoechea como principal postulante para
dirigir en los Juegos Olímpicos es más burocrático que técnico, por ahora: es
el único preparador que trabaja con contrato en la AFA, hoy.
Sin embargo, al margen del posible interinato de
Olarticoechea, la raíz del problema y seguramente la gota que rebasó el vaso de
la paciencia de Martino, es que el seleccionado olímpico no tiene aún suficientes
jugadores para entrenarse, por la negativa de los clubes para ceder a sus
futbolistas.
La agenda de los Juegos Olímpicos marca que el 4 de agosto
hay que enfrentar a Portugal, y siguen Argelia (el 7) y Honduras (el 10); los
dos primeros en Río de Janeiro y el restante en Brasilia.
El arquero de Real Sociedad, Gerónimo Rulli; el defensor
José Luis Gómez (Lanús), los volantes Giovani LoCelso (Rosario Central) y
Mauricio Martínez (Unión) y el delantero Ángel Correa (Atlético Madrid), son
los únicos que llenan todos los requisitos (autorización de sus clubes, el más
preciado) entre los 35 a los que quedó reducida la lista original de 60
jugadores seleccionables. Hay que juntar 18 para Río; al menos ésa era la cifra
en la que había pensado el Tata.
La probable cesión del delantero Cristian Pavón y el
defensor Jonathan Silva, de Boca, que propuso Guillermo Barros Schelotto para
después de la actuación xeneize en la Copa Libertadores, está al borde del
recurso extremo, algo que, de todas formas, encaja en el panorama de este
seleccionado. En caso de que el auriazul llegue a la final, eso se produciría
sólo siete días antes del debut olímpico. En igual situación está otro
integrante de la lista, el delantero Jonathan Calleri, de San Pablo.
En tanto, el mediocampista de Banfield, Iván Rossi,
presentaría otra encrucijada para el Vasco Olarticoechea: su club lo cedería,
pero está en danza un posible pase a River, que no le permitiría integrar la
lista, como ya se anunció en Núñez con Augusto Batalla, Jonathan Maidana y
Leandro Vega, una posición que también adoptó Independiente con Víctor Cuesta,
Emiliano Rigoni y Martín Benítez.
El efecto contagio actúa para mal en estos casos. La
mediocre y casi caprichosa política de "si aquél no autoriza a sus jugadores,
nosotros tampoco"; el desapego por las causas de la selección en clubes
que apenas están en la etapa de la pretemporada, y la hoguera de la AFA que lo
consume todo, podría derivar en otro oprobio como el de las intervenciones
judiciales y de la FIFA. La designación del próximo director técnico debería
ser parte de la carga que asuma el Comité Normalizador de la FIFA, pero la
cuestión olímpica es perentoria.
Y a todo esto, el secretario general de la Asociación
Uruguaya de Fútbol, Sebastián Balbi, postuló a su seleccionado. "Uruguay
está interesado en participar en Río 2016 si la Argentina no va. Tenemos un Sub
20 trabajando y eso es una ventaja", sostuvo el directivo. La Argentina se
había clasificado para los Juegos al obtener el torneo sudamericano Sub 20 el
año pasado, en la final ante Uruguay, el anfitrión.
Armar un escalafón de entrenadores, comenzar una búsqueda y
seleccionar al mejor disponible, es una utopía por la falta de tiempo, pero más
que eso es la situación del fútbol argentino, que hace agua por todos y
ahuyentó a un director técnico, la que convierte todo en precario, en una
sucesión de desgracias que no tiene fin. A la deriva.
Fuente Cancha Llena

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