El día que Moyano se enfrentó a Moyano: el dilema de una
familia dividida entre Independiente y Camioneros
Esta mañana los dos equipos se enfrentaron en un amistoso en
Avellaneda: los locales ganaron 3-0; Camioneros, fundado por los Moyano, juega
en el Federal B
Port Jonathan Wiktor
Foto: Prensa Independiente
Los directivos que estuvieron esta mañana en el estadio
Libertadores de América, en el corazón de Avellaneda, entre ellos Hugo Moyano,
se vieron enredados en el mismo dilema que estremece a miles de padres en todo
el mundo: la certidumbre de que por razones de distinto calibre prefieren a un
hijo por sobre el otro. Por eso todo transcurrió entre silencios incómodos,
leves sonrisas, comentarios a hurtadillas. Máscaras para esconder que
Independiente, el hermano mayor, aquí, en medio de un frío que se metía en los
huesos, no sólo le ganó 3 a 0 a Camioneros sino que se sintió el más querido,
el mejor.
El Club Atlético Camioneros, fundado por Hugo y Pablo
Moyano, el mes que viene cumplirá -apenas- siete años. Juega en el Torneo
Federal B. Es, como su nombre lo indica, un vástago que nació bajo el ala
protectora del Sindicato de Choferes de Camiones, un club de familia, una
suerte de Arsenal pero con un trasfondo sindical de peso. Hoy, apenas, ocupó el
complementario papel de corroborar las condiciones de Independiente, la de
tomarle examen al equipo de conduce Gabriel Milito, la de entusiasmarse -sin
argumentos- con quedar bien parado frente a sus padres.
Milito, sobre el terreno de juego, con un gorro que escondía
sus rulos y acompañado por Leandro Ávila, su más inmediato colaborador, fue un
tigre enjaulado que mostró sus garras, un conductor con puño de hierro que
primero gritó para corregir errores, después para motivar a que sus jugadores
mantuvieran la impostergable presión alta y un poco más tarde porque estaba
satisfecho con los movimientos. Recién después, sobre el final, cuando ya todo
estaba definido, hizo silencio para contemplar su obra.
Para el Mariscal, entonces, fue la ratificación de que su
equipo, en los amistosos y ante rivales de menor calibre, funciona sin grietas.
Este fue el quinto duelo de la pretemporada y el quinto triunfo: Independiente
de Chivilcoy, Flandria, Villa Dálmine, Defensor Sporting de Uruguay y -desde
esta mañana- Camioneros ocupan los casilleros del currículum. El sábado jugará
el sexto, ante Aldosivi, otra vez en Avellaneda.
Camioneros, a todo esto, buscó una falla en el sistema pero
no la detectó. A los ocho minutos, de hecho, después de una trepidante escalada
por izquierda de Emiliano Rigoni, Martín Benítez, que había partido como
interior, se entrometió entre los centrales y marcó el primer gol de la mañana.
Independiente, con el 4-3-3 catalán que propone Milito,
empezó con Diego Rodríguez; Damián Martínez, Hernán Pellerano, Jorge Figal,
Nicolás Tagliafico; Jorge Ortiz, Diego Rodríguez Berrini, Martín Benítez;
Leandro Fernández, Germán Denis y Emiliano Rigoni. Salvo por la disyuntiva en
el arco, de la que Martín Campaña también forma parte, Milito puso lo mejor que
tiene. Luego de los Juegos Olímpicos regresará Víctor Cuesta y Figal, en
principio, quedaría afuera. Diego Vera y Cebolla Rodríguez, lesionados,
volvieron a perderse otro amistoso.
En la segunda parte, en los pies del joven Benítez no nació
otro gol pero sí la asistencia para Germán Denis, que -tras una muy buena
jugada colectiva- la empujó para poner el 2 a 0. Jorge Ortiz, un puñado de
minutos más tarde, puso el 3 a 0 final. Ya nada tenía sentido, salvo por la
banda sonora que luego de un momento se integró al contexto: el ruido de las
herramientas trabajando contra el cemento fue un síntoma de que la promesa de
Moyano, la de que el estadio estará terminado a fin de año, tiene argumentos
tangibles.
Sobre el final de la jornada y antes del mediodía jugaron
los suplentes e Independiente también ganó, esta vez 1 a 0, con un golazo de
tiro libre de Jesús Méndez en el arco que da a la popular Sur, de modo que
resultó inevitable que se evocara el recuerdo de la tarde en la que lloró por
la memoria de su hermano en el clásico con Racing. En ese segundo partido, otra
vez Ezequiel Barco, rosarino de 17 años, promesa de las inferiores, tuvo
destellos de alto nivel.
Fuente Cancha Llena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.