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Enzo Trossero, el capitán que hace 32 años levantó la última
Libertadores, destaca el nivel de ese plantel y lo pone a la altura de los mejores
de la historia.
Por Beto Tisinovich y Fabian Rodriguez
Viernes 27 de julio de 1984. La Doble Visera desbordaba de
calor. A los hinchas el frío de aquella noche le rebotaba. El 1-0 en Porto
Alegre, con exhibición incluida, tres días antes daba la tranquilidad de que la
Copa Libertadores no se escapaba. Pero Gremio, campeón del mundo, no se dio por
vencido y la peleó, pero no le alcanzó.
“La revancha no fue un gran partido, pero con el 0-0 pudimos
ganar la Libertadores, la séptima para el club. Nunca pensé que iba a ser la
última que ganó Independiente. Pero también hay que decir que ese equipo quedó
en la historia”. Enzo Héctor Trossero es el que narra aquel brillante momento.
El capitán de ese conjunto que magníficamente conducía José Omar Pastoriza.
Pasaron 32 años de la conquista del trofeo más importante del continente y el
Rojo, a pesar de sus malos pasos recientes, sigue siendo el máximo ganador.
-¿Es el mejor equipo que integraste?
-Según Bochini fue el más importante y a mí criterio
también. Era un equipo completo que jugaba muy bien. Indudablemente los años
82, 83 y 84 fueron los más vistosos del club. También hubo otros que ganaron
copas, pero por cómo jugábamos más la calidad de los jugadores, quizá el
nuestro sea uno de los mejores.
-Salvo Goyén y Barberón, todos jugaron en la Selección
mayor.
-Exactamente. Cuando Estudiantes nos ganó el Metro 82, me
acuerdo que Bilardo había designado a seis de ellos y seis de Independiente
para el debut contra Chile. Eso marca que la mayoría estuvieron, aunque
Barberón podría haber estado y lo mismo para Goyén en Uruguay.
-¿Cuándo palpaste que tenían mística copera?
-Desde un principio. Veníamos de dos subcampeonatos con Nito
Veiga y se veía que maduraba. Además, como locales levantamos dos partidos muy
importantes. Uno ante Olimpia, que lo ganamos sobre la hora, y otro contra la
Católica. Se veía que tenía mucha pasta, con gran juego, mucho corazón y buenos
jugadores. Realmente estábamos para ganar esa Copa.
-¿Ese equipo hoy vencería a Barcelona, Real Madrid y Bayern
Munich?
-Nosotros podíamos jugarle a cualquier equipo del mundo.
Estoy totalmente convencido. Tenía dos laterales muy fuertes en la marca, con
más ataque del lado de Clausen que del Loco Enrique. Un arquero muy seguro, dos
centrales que nos complementábamos muy bien. Con Villaverde yo ya había jugado
dos años en Colón y luego nueve en el Rojo. Hugo era un tipo que jugaba de
líbero, yo salía más adelante y me cubría con su velocidad y calidad. Para mí
fue uno de los mejores centrales de Argentina. El medio tenía mucha técnica
como los casos de Marangoni, Burru y Bochini. Y había un gran compañero como Giusti,
que era tremendo. Después, había delanteros como Barberón, que era un fenómeno,
y Buffarini más Percudani. Y había chicos de las Inferiores.
-Bochini dijo que si no vendían a Burruchuga y a vos en el
85, el club hubiese ganado más copas.
-Puede ser, puede ser. Burru se fue al Nantes de Francia. Y
en mi caso había salido lo de México, a Toluca, que luego no resultó bueno. Si
el Bocha lo dice, que conoció a tantos jugadores, por algo será.
-¿Cuánto le costará ganar al Rojo otra Copa?
-Es que a Independiente le cuesta conformar un equipo. En
los últimos dos años hubo un renovación de casi 30 jugadores. Siempre se cree
que el que viene resulta la salvación, pero no es así. Lo que me sorprende es
la cantidad de cambios. Esperemos que Benítez mantenga y mejore su nivel porque
es muy importante. Hoy tiene un plantel competitivo pero debe demostrarlo
ganando algo.
Fuente Olé
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