Independiente pasó la parte más exigente de la pretemporada
y Milito comienza a profundizar en los conceptos sobre su equipo. Olé analiza
las ideas más importantes del Rojo en el amistoso ante Camioneros.
Gabriel Milito le habla a los titulares en el amistoso de
este miércoles ante Camioneros (Olé).
Por Isaias Blaiotta
El Rojo va tomando color. Cinco rivales, diez partidos, diez
victorias. Todas ante rivales inferiores, pero aún así analizables. Y el
amistoso de este miércoles ante Camioneros en el Libertadores de América no fue
la excepción: Milito lo observó en cuclillas y pegado al campo de juego. Dio
indicaciones, hizo gestos y hasta invadió el campo de juego después del segundo
gol de Independiente para marcarle un detalle a OrtIz. "Tiene conceptos
profundos y claros que de a poco vamos entendiendo", explican los
jugadores. ¿Cuáles son? ¿Qué está trabajando el nuevo DT? Olé analiza algunos
de los ítems que, con algunos gritos, buscó corregir el entrenador.
"¡Volvé! ¡Llegá acá! ¡Pasá la pelota y ayudá!"
Leandro Fernández lo debió soportar durante un rato largo.
En el plan de Milito, todos deben aportar para la recuperación. Y en especial
los extremos: tanto el ex Godoy Cruz como Emiliano Rigoni van y vienen. Y van.
Y vienen. Es una zona en la cual no abunda el recambio: a excepción de Benítez,
a quien lo utilizó como interior, no cuenta con jugadores que lleven esta
función en los genes, sino que debe adaptarlos. Y cuesta...
"Ojo ahí. Si se queda uno, vos metete entre los
dos"
A Milito le gusta que su equipo sea protagonista, pero no a
cualquier precio. El pedido de Gaby tuvo como referencia a Diego Rodríguez
Berrini: el volante central actuó como goma de auxilio de los centrales,
quienes en más de una ocasión jugaron al mano a mano con los delanteros
rivales. Y el Torito, en lugar a ubicarse como líbero para cruzar cualquier
pelotazo frontal, se posicionaba por delante de ambos para interceptar y
anticipar pases. El mediocampo, partido al medio: un 5 fijo y dos interiores
con más despliegue que marca. En el amistoso, los dos internos (Ortíz y
Benítez) más los extremos (Fernández y Rigoni) formaron una linea de presión
alta por detrás de Denis, el encargado de molestar la salida limpia de los
centrales, que obligó a Camioneros al pelotazo. Allí, la firmeza de los
centrales para devovler envíos aéreos y el trabajo de pulpo de Rodríguez para
capturar segundas jugadas le dio sus frutos. Será una constante.
"Ahora cerrate, Martín. Si no, lo bloqueás"
Guardiola acostumbraba a dividir la cancha en callejones
verticales. Explicaba que el objetivo de su equipo era autogenerarse
superioridad numérica en las zonas determinantes de la cancha, y a su vez
entendía que existe cierta predisposición natural del equipo que defiende a
contraerse, por lo que insistió constantemente para que los laterales lleguen a
posición de ataque para, junto con los extremos de ese sector, generar el
desequilibrio. Para eso, Milito les pidió a los interiores (Ortiz y Benítez)
que deshabiten los costados para dispersar marcas y posibilitar que tanto
Martínez como Tagliafico escalaran posiciones para lastimar.
Esto le otorga un frente de ataque ancho y con variantes.
Cuando por un costado rompe un lateral, por el otro se ubica un extremo y los
internos pisan el área para acompañar a Denis. Sencillo desde la teoría, no
tanto en la práctica. Pero Independiente, por momentos, lo supo plasmar en la
cancha: los tres goles llegaron por desbordes y centros para definir a la
carrera. Bien.
"Primero precisión, después velocidad"
Independiente se encuentra en plena pretemporada, y si bien
Milito apuesta a hacer rodar la pelota, las piernas aún pesan. Asimilar un
sistema no es cuestión de jugar un par de amistosos y ya. Por eso el DT sabe
que llegará su tiempo: luego de un pase fallido en el mediocampo, Gaby apuntó
con las palmas de su mano hacia el piso y las agitó.
"Pensá"
Milito se llevó los dedos índices a la sien y exaltó los
ojos de su cara. El reto se lo comió Nicolás Figal. El defensor buscó saltear
lineas para asistir a Denis, quien debió exigirse contra los centrales rivales
a 40 metros del arco rival y de espaldas. Antes que revolearla, media vuelta y
a comenzar otra vez con el arquero que, de hecho, se mostró seguro con los
pies.
"Bien, muchachos"
Los 40 minutos de fútbol lo dejaron satisfecho. Pocos, es
cierto, pero intensos. El esquema ante rivales de menor calibre funciona sin
grietas. El sábado con Aldosivi será el primer partido ante un rival que, por
igualdad de categorías, querrá plantarle frente.
Fuente Olé
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