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sábado, 2 de enero de 2016

Montaña Ruso



Tras un 2015 con altibajos, Diego Rodríguez deberá tener un semestre consagratorio para reconciliarse con la gente. Pellegrino y la CD lo bancan.


Por Favio Verona

Deberá cargar el lastre que representa la resistencia que se genera en los hinchas. Despojarse de esa mochila que no admite espaldas endebles es el principal obstáculo que deberá sortear Diego Rodríguez este año. El desafío no es menor luego de un 2015 plagado de desencuetros con la gente. El Ruso tendrá que sepultar una temporada en la que falló en los partidos clave y existe una sola receta para que los murmullos sean tapados por aplausos: tener un semestre consagratorio, con actuaciones descollantes en partidos decisivos.

La presión atosiga tras la aciaga noche de 22 de octubre, cuando ante Independiente Santa Fe (0-1) dilapidó un penal y se comió un gol que le costó al Rojo la clasificación a las semifinales de la Sudamericana. Ese día, la gente le hizo la cruz. Los hinchas, que aún recordaban el fallo que tuvo en 2014 ante Boca (1-3), cuando intentó salir jugando y perdió la pelota ante la presión de Jonatan Calleri, perdieron la paciencia. Ni siquiera con el penal que convirtió ante Vélez pudo redimirse. Y si bien en los planes estaba venderlo si llegaba alguna oferta importante del exterior, no hubo propuestas concretas y seguirá defendiendo el arco más grande de Avellaneda. La dirigencia sigue buscando un arquero suplente para que Rodríguez no se sienta el dueño del arco y suplir la salida de Montoya.

En 2015, el Ruso fue capitán cuando no estuvo Mancuello. Su liderazgo es incuestionable en el plantel y, tanto Pellegrino como los directivos, se cansaron de elogiarlo públicamente y fuera de micrófono. El 2016 se presenta con una nueva oportunidad para atajar las dudas y reconciliarse con la gente. Y esta vez no puede dar rebote.

YO DIGO

Gran arquero ( Por Carlos Goyen - Campeón del mundo en el 84)

Rodríguez es la mejor aparición de Independiente en los últimos 12 años. Es un gran arquero, se bancó el descenso y el equipo ascendió gracias a él. Debajo de los tres palos es un gato: tiene muchos reflejos y capacidad atlética para llegar a pelotas muy difíciles. Con los pies tiene un gran manejo y, a diferencia de lo que opinan muchos, no lo he visto cometer errores a la hora de salir a cortar centros. Prefiere quedarse en el arco porque confía mucho en los defensores altos que tiene el Rojo.

De los mejores (Por Eduardo Pereira - Campeón temporada 1988/89)

El Ruso está capacitado, pero la gente se guía por los resultados. Le falta para ser de Selección, pero está entre los mejores de Argentina. Tiene intuición, reflejos y algo fundamental en el fútbol de hoy: gracias a su manejo puede ser opción de pase. Su temperamento le permitió no derrumbarse. Este año, su objetivo debe ser despejar las dudas que dejó y adueñarse del arco. Lo malo es que, con tantas obligaciones, en los clubes grandes no crecés.

Errores bobos ( Por Carlos Gay - Campeón de la Libertadores 74)

El Ruso tiene enormes condiciones, pero es joven y debe corregir muchas cosas. Tiene que ser más serio porque el cancherismo lo ha llevado a cometer errores bobos. Tiene mucha personalidad y eso le ha permitido superar sus fallos, pero el equipo no pudo sobreponerse a ellos. Sus equivocaciones le han hecho mal a Independiente. Es cierto que sabe jugar con los pies, pero muchas veces se excede. Y en el caso de un arquero, cuanto menos tenga la pelota en su poder, mejor. Sus errores en los centros no son un gran problema porque eso se puede mejorar.

Lo castigaron demasiado (Por Miguel Angel Santoro - Formador del Ruso Rodríguez)

La gente de Independiente critica mucho a los jugadores del club. Al Ruso lo castigaron demasiado y no merece ese trato. Es cierto que ha tenido errores, pero incluso los grandes arqueros se han equivocado. A mí también me insultaron mucho por algunos errores que cometí cuando atajaba, pero logré salir adelante. Los hinchas deben tranquilizarse, tienen un muy buen arquero. El equipo no quedó eliminado de la Sudamericana por él. De hecho, se hizo cargo de una responsabilidad que grandes del fútbol no se animaron a asumir: ante Vélez, convirtió un penal con toda la cancha en contra después de haber errado uno muy importante contra Independiente Santa Fe. Deberían valorarlo porque es uno de los pocos que le pega bien a la pelota con los dos pies. Se sacrificó mucho para llegar hasta el lugar que ocupa y tiene condiciones para afianzarse. Le aconsejaría que esté tranquilo, no hay que tenerle miedo al arco. Algunos rebotes o errores en los centros quizás se dieron por el nerviosismo que le transmite la gente. No es agradable, pero es normal que a veces te insulte toda una tribuna. Lo conozco desde pibe, es un líder nato y tiene personalidad para dar vuelta la historia.


Fuente Olé

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