La interna de la barra Roja despidió 2015 a puro balazo: el
Gordo Pablo José, dos de la facción oficial, recibió dos tiros.
Y abre el verano en Mardel...
La interna revivió tres meses atrás y en los últimos diez
días hubo ataques cruzados.
Por Gustavo Grabia
Fueron dos disparos y esta vez acertaron. La barra de
Independiente despidió el 2015 a puro balazo, y tras un par de ataques como
advertencia a fachadas de casas de integrantes de los grupos en pugna, el dos
del bando oficial, el Gordo Pablo José, recibió un tiro en el abdomen y otro en
una de sus piernas. Y con Mar del Plata en el horizonte la Seguridad se puso en
alerta máxima. Porque el Rojo abre el torneo veraniego frente a San Lorenzo el
martes 12 y nadie sabe a ciencia cierta qué puede ocurrir.
La interna de la barra, como viene informando Olé,
recrudeció en agosto. Pablo Bebote Alvarez se quedó con el liderazgo en las sombras,
dejando como caras visibles a sus laderos El Tano de Gerli y Pablo José. Del
otro lado, el ex capo de los Diablos Rojos, César Loquillo Rodríguez, fue
juntando gente para retornar al Libertadores de América. En medio de esa pugna,
consiguió que se pase a su grupo Cristian Chichón Ojeda, histórico de la barra
que maneja un grupo grande. Y además había entablado conversaciones con quienes
manejaban el Coprosede bajo el gobierno de Scioli, para tener cobertura para el
regreso. Pero Scioli perdió, ganó Vidal, y el pactó se quebró. Igual su
facción, autodenominada Somos Nosotros, siguió moviéndose y armó un asado
multitudinario para despedir el año. Quizá como respuesta a eso, se produjo el
primer hecho: un vehículo pasó por la casa de Loquillo y vació el cargador de
una pistola, con siete tiros impactando en el auto familiar y tres ingresando a
su morada, uno que pasó a escasos centímetros de la pieza donde dormía su hija,
según la denuncia policial. Dos días después, otro episodio: 14 tiros surcaron
la madrugada de Avellaneda e impactaron en la casa que está pegada a la
vivienda de Adrián Tortuga García, otro histórico de la tribuna Roja, de los
cuales tres le dieron a su vecina, embarazada. El dueño de ese hogar, Matías
Berdún, acusó por el hecho a la interna de la barra de Independiente diciendo
que fue un ajuste de cuentas para Tortuga, que está en el grupo de Bebote
Alvarez. García, que debió declarar por esto en la comisaría cuarta,
contraatacó: “¿Tanto se pueden equivocar? Que averigüen bien que quizá es un
vuelto para los que me acusan. Yo volví a la cancha tres partidos atrás después
de dos años de no ir. Y cuando tuve derecho de admisión ni aparecí: no busco ni
quiero líos”.
Lo cierto es que la andanada de sucesos no terminó ahí. El
último ataque fue el más preciso: cuando el Gordo Pablo José volvía a su casa
le dispararon tres tiros desde una moto y le acertaron dos veces provocándole
heridas de mediana consideración. “Fue un aviso, si querían matarlo lo habrían
hecho, pero si no cortamos la escalada ya, esto termina con un muerto”, le dijo
a Olé una fuente de la investigación.
La causa que tramita en la Justicia de Lomas de Zamora no
tiene identificados autores de ninguno de los tres hechos. Sí muchas hipótesis
en danza teniendo en cuenta que la barra está partida en el grupo que responde
a Bebote Alvarez y el que tiene por líder a Loquillo Rodríguez. Y también se
investigó una línea que incluía la posibilidad de la participación de un tercer
bando, liderado por Marcelo Cano, alias el Zombie y Walter Coco Linardi. Esta
facción quedó fuera de la tribuna en agosto y su objetivo sería según esa
especulación provocar una guerra entre los otros grupos y cuando caigan ambos
tomar el poder. Pero con el correr de las horas esta opción perdió fuerza:
cuando ocurrió todo el Zombie estaba en Uruguay y le iría bien en otro tipo de
negocios que se le podrían complicar si se mete en una guerra barra. Y Linardi,
uno de los más temidos violentos del Rojo, sigue en prisión, si bien operó en
agosto para intentar sacar del medio a Alvarez y ganar la barra con un grupo
del barrio Villegas y otro de la Villa 21. Así las cosas, volvió a cobrar
fuerza la interna entre los grupos de siempre alimentada además por
publicaciones en redes sociales de Cristian Chichón Ojeda, quién dos semanas
antes de la balacera a Pablo José escribió que se lo había cruzado en La Salada
y no le había hecho nada porque estaba con su familia, pero que la próxima vez
no lo perdonaría. Pero en la Policía y en la Justicia también relativizan este
dato: “Nadie anuncia un crimen por Facebook”, dicen con lógica implacable.
Lo cierto es que 2015 se fue con balazos y heridos y 2016
avizora un horizonte peor. Por eso es que habrá un esfuerzo combinado entre
Nación y Provincia para dar Seguridad en Mar del Plata, que incluye la
participación de Gendarmería en la ruta dos y el encapsulamiento de la barra
Roja, que en Mardel siempre para previo a los partidos en la zona de Camet. El
objetivo es claro: que lo único que se sufra este verano, sea el intenso calor.
Fuente Olé
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