Por Yacaré Doria
Ni el escandalo en la FIFA, ni la razzia de Conmebol
pudieron mover el tablero en la AFA, que pateó las elecciones a junio y ahora
atraviesa un limbo en el que la palabra unidad se pronuncia con mayor
repetición y encanto
¿Y las elecciones? En Grondonalandia pasó el terremoto
Los cimientos de la AFA quedaron fuertes pese al terromoto
del año pasado que alcanzó la escala 38-38 en el nivel insuperable de hitos
fantásticos que vuelve a la Asociación del Fútbol Argentino una entidad de
corazón propio y pulso extemporáneo: no importa si físicamente está Don Julio,
las cosas se terminan encauzando según sus usos y costumbres.
El poder del anillo, acaso oculto en algún sector del
edificio, pudo con Tinelli aunque la propia sangre grondonista confió en él en
las sonadas elecciones del 3 de diciembre del año pasado. Es decir, no es
que La Casa no quería al animador
televisivo, sino todo lo contrario. Sucede que a ese edificio no se entra por
la ventana y para sentarse en el sillón de Don Julio hay que, principalmente,
entrar.
La teoría mística explica lo sucedido en 2015. Ahora bien,
en el terreno concreto, los dirigentes hacen muecas extrañadas cuando se les
pregunta por las candidaturas y las elecciones, pese a que durante un año se
dedicaron al proselitismo, mientras los jugadores se reventaban la cabeza en
los paredones, los visitantes volvían a las canchas por convenio políticos y
según la consideración de la Policía para con las barras o, ni hablar, de las
idas y vueltas para confirmar un torneo de 30 equipos.
La cosa es así: los dos bandos quedaron delimitados aunque
ya sin tanto recelo de uno para con el otro. Los que hasta ayer eran traidores,
hoy son invitados a volver al espacio original –Dale, gordo. volvé con nosotros
que al Bailando no vas a llegar nunca-, recomiendan los muchachos del Ascenso a
uno que pese al sobrepeso mostró la mejor cintura para empezar a marcar el
número de Tinelli en lugar del de co-conspirador 10, que hoy camina su casa en
el country con una tobillera con la que monitorean si cumple o no su prisión domiciliaria.
Al que no se la perdonaron fue al ex Tesorero: el alfil que
personalizó la instalación de Tinelli en Viamonte y logró que "al
caprichoso" le dieran cargos, candidaturas y hasta impidiera elecciones
con una cautelar. El hombre de Banfield ya no puede firmar los cheques y espera
por la prosecretaría debajo de Angelici.
Un viejo zorro que puede caminar los pasillos con los ojos
cerrados sin chocarse ni un matafuego fue contundente: "Se quemó. Si
ganaba Tinelli iba a ser peligrosísimo porque no nos iba a largar un mango y
nosotros se la teníamos jurada hace tiempo: cada vez que Tinelli se sentaba a
negociar, nosotros pedíamos la cabeza del contador pero él lo bancaba...
Bueno, un día entregó la cabeza",
explica quien supo besar el anillo y manejar chequeras.
¿Y las elecciones? "Falta mucho" "Veremos
quienes se presentan" "Armando Pérez no va a conseguir los
avales" "Angelici viene haciendo las cosas bien" "Tal vez
entre Lammens y Angelici...". La primera reunión de comité del año brindó,
según el dirigente consultado, una gambeta antológica. Ni los que mataban por
Tinelli o se inmolaban por Segura pronunciaron en 2016 esos apellidos. Un mes
antes de que se cumpla el segundo aniversario de la muerte de Grondona serán
las elecciones y su legado, el de la unidad, va cobrando forma. El 30 de junio,
cuando todas las miradas estén en Ezeiza, donde se hará la votación, que alguno
mire la azotea de Viamonte 1366 porque seguro resplandecerá el brillo del
anillo. Todo, incluso Tinelli, Pasa.
Fuente Diario Popular
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