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viernes, 29 de enero de 2016

En dos meses retoman la guerra de AFA con nuevas alianzas





Por Yacaré Doria

La lucha por el sillón de Don Julio entró en un impasse, pero las trincheras se conservan aunque la estrategia cambien. La pelea cuerpo a cuerpo empezará en 60 días

El silencio de Tinelli hace, o hizo suponer, que sus ínfulas presidenciales se habían agotado como un capricho. De vacaciones, apagó el celular y puso el cartelito de cerrado a todo lo que fuese AFA. Sí, es verdad, se cansó y le costó sentir la oreja mojada, una sensación que no sentía desde hace casi 30 años, cuando era un mortal más. La dirigentes del fútbol hicieron lo que nadie se atrevió desde que la pantalla lo convirtió en lo que es: le dijeron que estaban con él y no lo estaban. Peor que le cambien de canal cuando está en el aire.

Por eso, este año será implacable. Quiere a todos fieles y no le dará lugar a los traicioneros o sospechosos. No volverá a convivir con situaciones ambiguas como aquella cuando los dirigentes de su sector firmaron el acta de apoyo a la interpretación del reglamento para presionar al resto y que finalmente pueda ser candidato.

Ese mediodía en la reunión del Panamericano Tinelli vio que faltaba una firma y con reserva se acercó a quien no había puesto la rúbrica. "Marcelo, tengo que consultarlo en la mesa de la división", se excusó. "Firmá, Pipo, ya me mandaste a hacer la primaria y te pasaste a mi espacio. Es para apoyarme, no para consultar", lo increpó y a riesgo de amonestaciones, el hombre de Ascenso metió el autógrafo. Este año, no habrá lugar para titubeos ni titubeadores.

Del otro lado, Segura repite que no se baja de la candidatura ni con el flamante cargo de FIFA a su nombre. Del sector de Tinelli y del propio algunos los comparan de manera coincidente: "es como cuando De la Rúa decía que la convertibilidad no se tocaba", dicen –palabras más, palabras menos-, de los dos lados. "Está afuera", concluyen. Sin embargo, esa hipotética baja no le deja el terreno al animador porque hay otro interesado con los avales firmados desde septiembre de año pasado.

Chiqui Tapia trabajó en silencio y amplió su espectro en el Ascenso. Esta vez del interior, escuchó los problemas e inquietudes del Federal B y C y les pidió apoyo a cambio de soluciones. Detrás tiene a Moyano para intentar captar al grondonismo residual y esperar en el ring a Tinelli. Es más, mientras el vice de San Lorenzo descansa y sale en Caras arriba de un cuatriciclo que parece un camión, Tapia se muestra trabajando junto a la Selección participando de reuniones con Segura en el día a día.

Y hay que contar a Armando Pérez –"Es un payaso", "no llega a juntar los avales", lo pintan y advierten de uno y otro lado-, como para asegurarse que la cosas, otra vez, será entre dos y definitiva.

Se acaban las líneas, pero Angelici está tomándole el gustito a esto de gestionar y sentirse el presidente de AFA. Las reuniones en la Rosada tienen otro gustito: él se queda un rato más que Lammens, juega de local y conoce al interlocutor. Habla de otra manera y no necesitan eufemismos para negociar. A él le tienen miedo Tinelli y Tapia: uno porque es un contrincante verdaderamente poderoso y otro porque sabe que si se le acaba el protagonismo a los chicos en Primera, el Ascenso se tendrá que conformar con lo que se rasque del fondo del pote olvidado al fondo de la heladera.

Ah, por último, ¿Lammens juega solo? Eso al menos se preguntó Tinelli una mañana mientras se afeitaba y escuchaba algunas declaraciones sobre contratos negociados por AFA, de los cuales él se enteraba con la voz del locutor de la radio.


Fuente Diario Popular

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