El volante, con dos goles y una asistencia, fue figura para
que el Rojo le ganara sin demasiado brillo a un River que ya no es casi nada
del mejor de América...
Por Fabián Rodríguez
Aquino hay lugar para excusas. No culpes a la noche, no
culpes a la playa. Mejor culpar a las piernas duras por la pretemporada que
todavía no termina, pero... Lo cierto es que el debut de River e Independiente
tuvo más goles que luces. Y menos para el equipo de Gallardo: acaso la única
luz que vio en el día el técnico de River haya sido la de la velita que sopló
por su cumpleaños. Después, con cambio de esquema incluido, el primer partido
de 2016 pareció el partido treinta y pico del segundo semestre de 2015, un
semestre signado por un rendimiento flojito y por jugadores de los que se
esperaba bastante más de lo que dan. El caso de Casco, el de Bertolo, el del
Pity Martínez... Si la idea, ya sin el Negro Sánchez, es apostar por otro
esquema que incluya a tantos jugadores que no rindieron por arriba de los dos o
tres puntos durante el semestre pasado, parece que será un año bastante
complicado en Núñez, más allá de algún detalle positivo, como la confirmación
de que, al menos, Balanta vuelve a tenerse un poco más de confianza como
demostró en la final contra el Barcelona, de que Alario, solito y solo arriba,
sigue teniendo hambre de gol, o el rereredebut interesante de un Nico Domingo
que trató de ser eje de un equipo sin ideas, pero trató al fin, le puso onda,
fue salida desde el fondo y pase a un toque. Es cierto, faltaron jugadores que
eventualmente serán titulares, otros entraron en el segundo tiempo, pero no
asoman soluciones mágicas para este nivel del equipo de Gallardo: Nacho
Fernández, un jugador que en otro momento hubiera sido tan solo una apuesta a
futuro, hoy es uno de los pocos hombres que ilusionan al hincha con que
demuestre algo distinto a lo que dieron los que jugaron ayer en posiciones
similares.
No, Aquino está el campeón. El campeón ya está lejos, bien
lejos, en otro hemisferio, salpicado en gotitas por todo el mundo, alguna en
Monterrey, alguna en Liverpool, alguna en Madrid, en Lisboa. Aquí, el que sí
está, es Claudio Aquino. La mejor noticia para el Flaco Pellegrino en la
nochecita marplatense: gol de otro partido desde el borde diestro del área para
darle la bienvenida al pobre Augusto Batalla, pase a la red en el segundo
tiempo tras un gran centro de Cebolla Rodríguez y asistencia a la palomita de
Cuesta. Fue todo del ex Godoy Cruz, que, no sólo apareció mucho más delgado de
lo que había terminado el 2015 sino que empieza a demostrar por qué juega en
Independiente y por qué Pellegrino pidió que se quedara y lo tiene en cuenta
como posible titular en un lugar que sin Mancuello necesitaba alternativas.
Claro, el Rojo tampoco fue un relojito: todavía le cuesta, sigue con patologías
que vienen de hace rato en el juego y con un arquero que no ofrece demasiada
seguridad: el gol de Balanta, después de un malabar enjabonado del Ruso
Rodríguez en la línea de su arco, es una prueba de eso.
En definitiva, Aquino está el campeón. Aquí está Aquino. Y
no mucho más que eso...
Mar del Plata (enviado).
Fuente Olé
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