Por Rodrigo Tamagni
Sexto partido que Independiente comienza al frente de ocho
disputados y que termina sufriendo una igualdad. ¿Cuánto hay de mala estrategia
y qué porcentaje tiene de psicológico? Habrá que ajustar la tuerca de la puerta
que rechina y permite regalar el marcador. Pero... ¿el tornillo está en la
cabeza o en el esquema?
Quizás sea una cuestión más para Jacques Lacan o Sigmung
Freud que para Marcelo Bielsa o Napoleón Bonaparte. Tal vez será un mix entre
ambos extremos de psicología y estrategia lo que generan que este Independiente
sufra de un enigma central en las 8 fechas que se llevan disputadas, logrando
que aún no se encarrile en la pelea central del torneo.
El torneo pasado analizamos hasta el hartazgo una
problemática que causaba desazón por la falta de reacción en los primeros
minutos. Los de Jorge Almirón, en los 13 partidos que habían sumado puntos (10
triunfos y el restante de empates), habían comenzado perdiendo en 7 ocasiones.
La rebeldía aparecía cuando llegaba un cachetazo.
Ahora la situación se bandeó, sin grises ni tonalidades
intermedias. El "Rojo" juega fuerte en la primera mano, pero le falta
nafta para bancar el triunfo. En ocho partidos del 2015 oficial, Independiente
dejó crecer al rival en seis ocasiones. Sólo pudo revertir ese emparejamiento
en dos momentos (Newell's y Quilmes), pero tuvo que dejar fichas en el camino
con Unión, Godoy Cruz y el último ante Gimnasia. Sin dejar pasar el más trágico
en el análisis futbolero, que fue la derrota contra Belgrano; donde también
inició arriba.
Con los dos últimos cotejos como muestra principal, se abre
fuerte la puerta al 'Enigma Almirón': ¿por qué Independiente no logra sostener
los resultados? Contra Godoy Cruz inició ambos tiempos con golpes certeros en
el marcador, pero inmediatamente se cayó a pedazos el revoque y sufrió el
empate. Ante Gimnasia repitió la fórmula: sobre el cierre del primer tiempo
pasó al frente del resultado, pero al instante sufrió la igualdad.
¿Cuánto hay de mala estrategia y qué porcentaje de anímico?
¿El equipo regala el gol al rival por déficit estratégico o siente que las
piernas pesan y el empate llega por la desconcentración del temor? La igualdad
de Gimnasia tuvo ambas: segundos antes del tanto, el "Rojo" fue a la
carga de un tiro libre con 9 jugadores al área rival.
Queda claro que la ideología del entrenador pica fuerte y nadie,
siquiera, osa con "mantener" el resultado; algo que igualmente es
imposible de certificar porque tener todos los jugadores metidos en el fondo no
es sinónimo de arco en cero.
Y eso queda demostrado en el córner que decantó en el tanto
del "Lobo", con el equipo teniendo tiempo para marcar; llegaron dos
errores puntuales en la bola parada que posibilitaron el empate y la situación
imposible de remontar. Entonces, en esta ocasión puntual la respuesta llega por
la culpabilidad de los jugadores a la hora de concentrarse para marcar.
Igualmente, queda abierto el 'Enigma Almirón'...
Fuente Play Fútbol

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