Sin soluciones a la vista, los estadios
terminan vacíos. Foto: Archivo
Por
Christian Leblebidjian
Hasta ahora,
nada sirvió como antídoto definitivo para frenar a la violencia: ni jugar a
puertas cerradas, ni la clausura de estadios o tribunas, ni la quita de puntos;
ni aumentar la cantidad de efectivos; ni lo controles de alcoholemia y el
morpho touch, ni los triples vallados; ni jugar sin visitantes, ni las cámaras
de seguridad, ni prohibir el ingreso de banderas de cierto tamaño.
Mientras el
fútbol argentino se debate en decisiones sin demasiado estudio ni elaboración,
lo único concreto es que el ingreso en las canchas cada vez es para
menos.
El gobierno
nacional, por medio del Ministerio de Seguridad, y la AFA decidieron, luego del
violento enfrentamiento del 21 del mes pasado entre dos facciones de la barra
brava de Boca , prohibir el ingreso del público visitante en todas las
categorías hasta diciembre próximo.
Otro parche más. Y sobre él se acaba de
colocar otro: permitir sólo a los socios locales concurrir a las dos primeras
fechas de los torneos en todas las categorías. Las decisiones de fondo siguen
sin tomarse.
Está claro
que las medidas se toman para evitar incidentes, pero si ése es el fin ¿no
alcanzaba con aplicar el derecho de admisión? ¿Es una forma, en caso de haber
incidentes, de dejar expuesta la connivencia de los violentos con los
dirigentes deportivos? ¿Acaso muchos barrabravas no son socios de los clubes?
¿Acaso las peleas, cada vez más salvajes, no se dan dentro de una misma
barra?
Lo único concreto es que todo está teñido por la política y los
intereses, incluso los que tienen en cuenta las primarias nacionales y
obligatorias del domingo 11 de agosto.
Se castiga a
la gente normal, se perjudica a los clubes que no cuentan con una gran masa
societaria. Y se potencian las disputas dentro de las barras: sin el negocio de
la reventa, el botín para repartir se reducirá, pero no la ferocidad por
quedarse con la mayor parte. En síntesis, cada cual atiende su juego.
El Rojo, más
temprano
En la semana
Bebote Álvarez, ex jefe de la hinchada de Independiente, dejó en claro que no
dejaría jugar el partido ante Brown de Adrogué . Por eso, tras la sugerencia
del Aprevide, el club de Avellaneda y la AFA acordaron que, en vez de las 20,
el debut en la B Nacional sea a las 16.
Álvarez, de todas formas, no podría
ingresar: está en las listas del derecho de admisión presentada por Javier
Cantero, presidente de Independiente.
De la Sota
desafía a la AFA
El
gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, dijo que el fútbol debe ser una
fiesta familiar y expresó al órgano de seguridad de su provincia el deseo de
que en su jurisdicción se juegue con las dos parcialidades. "Fuera los
violentos", reclamó.
En una serie
de mensajes en su cuenta de Twitter, De la Sota cuestionó la prohibición del
acceso del público visitante: "Que el fútbol sea una fiesta familiar. En
Córdoba queremos las dos hinchadas en la cancha. Fuera los violentos!!!" y
luego desafió la decisión del gobierno nacional: "El Cosedepro tiene facultades
para decidir jugar en Córdoba con hinchada local y visitante. Los violentos,
afuera. No nos van a dejar sin fiesta", aseguró.
El Cosedepro
es el Consejo de Seguridad Deportiva Provincial, dependiente del Ministerio de
Gobierno y tiene a cargo coordinar, supervisar y decidir en la materia.
¿Qué harán
los clubes cordobeses? Todo hace pensar que acatarán la decisión de la AFA:
sólo accederán a las tribunas los socios locales (Belgrano tiene 17.000). Por
más que los directivos sufran un perjuicio económico, prevalecerá el
verticalismo impuesto desde Buenos Aires. Es más, no se descarta una crisis en
la provincia mediterránea: Emeterio Farías, presidente de la Liga Cordobesa y
de la Agencia Córdoba Deportes, desafió las palabras de De la Sota, que, no
hace falta aclararlo, buscó diferenciarse de la política nacional.
Córdoba
contará con cuatro representantes en estos campeonatos: Belgrano, en primera,
Talleres, Instituto y Sportivo Belgrano, en la B Nacional.
Socios por
un día
Rápidos de
reflejos, en Talleres analizan crear una condición especial para que los
hinchas se asocien por una o dos fechas. El valor de ese pase sería equivalente
a una entrada ($ 70). Así, se podrá tener el estatus para ver un partido, sin
necesidad de pagar un semestre, como mínimo.
En San Juan
planean hacer lo mismo para que más hinchas puedan estar en el debut de San
Martín en la B Nacional ante Aldosivi.
La interna
xeneize
Mientras las
dos facciones de La 12 se debaten en enfrentamientos sangrientos , Boca se vio
involucrado en varias situaciones especiales, como la de jugar sin público
directamente (ante Colón) en la Bombonera, donde cerca de 300 hinchas igual se
juntaron para tirar petardos y alentar desde afuera, a cuatro cuadras del
estadio, en abierto desafío a las autoridades de seguridad.
En la última
fecha del torneo Final, ante Godoy Cruz, en Mendoza, varios hinchas locales
compraron entradas de la tribuna visitante y desplegaron banderas y camisetas
de Boca. Ante la policía, eran supuestamente "neutrales".
Algo más
jugado aún había hecho Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia, con
River, en 2011. Es así: hecha la ley, hecha la trampa...
Entradas no
pueden venderse, pero sí se devuelve su valor, pasa en el fútbol argentino.
Ayer, Boca informó que aquellos socios que compraron tickets por el sistema de
ranking para el partido por la Copa de Invierno ante San Lorenzo, que fue
suspendido, ya pueden recuperar su dinero.
Racing, en
la 6° fecha...
El primer
clásico del Inicial, por la segunda fecha, será Racing vs. San Lorenzo, a
puertas cerradas.Esto, porque el club de Avellaneda fue sancionado por dos
partidos sin público como local por uso de pirotecnia y excesos en los festejos
de la Academia ante Unión por el descenso de Independiente, en la última fecha
del Final 2013. La sanción fue para los hinchas, que sólo en la sexta fecha,
ante Lanús, podrán ver a su equipo por primera vez en el Inicial. Los
dirigentes, bien gracias.
Cada vez va
menos gente a la cancha y por varias razones: la inseguridad, una estructura de
estadios que obliga a ubicar más butacas y que no permite del todo multitudes
en las populares; la televisación de todos los partidos; los cambios de
horarios. El punto en común es que cada vez se puede planificar menos en el
fútbol argentino. Ni el hincha que programa vacaciones y viene del interior
para ver a su equipo, ni el turista que tiene sacado un paquete que incluye el
ingreso a un estadio, ni el hincha común que arma su fin de semana en función
de los partidos y de un día para otro, sin solución de continuidad, le alteran
los planes.
Fuente
Cancha Llena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.