Por Javier Brizuela
El
"Yategate" de la semana pasada, no es más que otro ejemplo de que
Julio Vaccari no le está encontrando la vuelta a lo que ocurre en
Independiente.
Ni a lo que
pasa dentro del campo en lo grupal, empecinado en un dibujo táctico con
extremos, algo que no le está sirviendo a este equipo que juega casi siempre
mal. Tampoco en lo individual, sin cuidar sobre todo a los juveniles. Ni mucho
menos a lo de afuera, con problemas de todo tipo.
En algunos
él no tiene la culpa, como los económicos, pero termina siendo responsable por
errores groseros en la comunicación.
Volviendo a
lo que repercutió en los medios antes del partido con Godoy Cruz, nadie en su
sano juicio puede suponer que es sancionable salir en su día libre. Encima solo
a dos o tres (Toloza ya se sanciona solo) de ocho. Uno puede opinar que es
imprudente, inoportuno, innecesario, y aconsejar. Pero obviamente no es la
razón del castigo.
Es
imaginable que tanto el DT como el club, evitaron detallar razones para
"cuidar" a los jugadores, pero los errores en la comunicación
hicieron que pase lo contrario. Que la cuenta oficial haga un posteo por otra
cosa ese mismo día (Laso) y omita el tema, y que Vaccari declare que pusieron
en peligro el orden institucional, no hace más que disparar un sinfín de
especulaciones y rumores al respecto, que exponen a Tarzia y Pellegrino
enormemente.
Es como
cuando trata de "sacarle presión" a los juveniles, diciendo casi que
son horribles, como ocurrió en la última conferencia. ¿Cuál es la confianza que
puede tener un pibe para afianzarse en Primera si su entrenador lo saca
constantemente y declara como lo hace Vaccari?
Es muy
probable que Santi López no sea el Kun, ni Hidalgo Bertoni, mucho menos Millán y
Parmo el Bocha. De lo que estamos seguros, es que lo que se vio de Santi el
sábado es producto de la falta de confianza. Que Hidalgo no hizo menos que
Canelo por más chances, y que el equipo necesita un enganche porque no genera
absolutamente nada de juego.
A todo esto
Lautaro, que ayer en Reserva habilitó en un gol, hizo el otro, y le cometieron
un penal, hoy queda afuera de la lista y verá mañana por TV la lentitud y falta
de juego que tiene el mediocampo.
En parte,
porque este entrenador tiene mucho coraje para colgar a los más jóvenes, pero
no actúa de la misma manera con jugadores más grandes, que hace rato se
arrastran en el campo.
Los
imponderables del fútbol, hacen que este equipo que juega muy mal tenga las
chances intactas de lograr el objetivo. Se puede y se debe, hay con qué.
Pero hay
que tener las cosas claras, para no recibir otro golpazo como el de la Copa
Argentina.
Ojalá el
entrenador pueda empezar a aclarar todo y encontrarle la vuelta. Es algo
que ahora no está pasando.
Fuente Orgullo Rojo