Martín Campaña y su esposa, Valentina. (Foto: Instagram
Martín Campaña).
Por Favio Verona
La esposa del arquero fue insultada por un grupo de hinchas
en el partido ante Talleres, se descompuso y debió ser trasladada a un hospital
en ambulancia.
Un hecho lamentable.
Fue una locura. Un acto repudiable. Injustificable desde
todo punto de vista. El domingo, cuando Independiente recibió a Talleres, el
estadio Libertadores de América estalló en el momento en el que los cordobeses
lograron igualar el partido luego de ir perdiendo por 2-0.
Nicolás Figal luego
trajo calma con un cabezazo agónico que silenció los silbidos y los coros de
insultos que habían comenzado a bajar desde los cuatro costados de la cancha.
Fue 3-2, hubo desahogo y el telón se bajó con una fiesta roja.
El que no participó de la celebración fue Martín Campaña. El
capitán del equipo de Sebastián Beccacece vivió un duro momento después del
partido. Su esposa, Valentina, fue insultada por un pequeño y deleznable grupo
de plateístas que, enojados por el empate transitorio, le recriminaron el
rendimiento de su esposo de la peor manera posible.
Ese reducido grupo de fanáticos gobernados por la ira se
acercó a la mujer del arquero para descargar su bronca producto del rendimiento
de su marido. La maltrataron a tal punto que se descompuso y debió ser
trasladada en ambulancia a un hospital cercano.
Si bien logró reponerse rápido, nadie le quitará el recuerdo
de haber pasado un muy mal momento por culpa de fanáticos que obraron de forma
despreciable. De hecho, mientras los futbolistas se estaban duchando, Campaña
tuvo que salir del vestuario ya que estaba preocupado por la salud de su
esposa.
El arquero fue muy autocrítico con su rendimiento.
"Sé
que no estoy siendo el arquero parejo que fui desde que llegué al club. Me está
costando más. Cuando te llegan poco y te hacen goles me hace mal. Uno tiene que
aceptar las críticas así como se disfrutan los aplausos. La gente casi siempre
me apoyó y estoy agradecido", expresó el arquero en TyC Sports.
Campaña no
hizo público el inconveniente ya que se trató de un sector minoritario. Por
supuesto que se trata de un hecho que excede al club, pero lo cierto es que
nada justifica el lamentable episodio que se vivió el domingo.
Fuente Olé
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