Independiente desafía ese viejo axioma del fútbol: en este
club, los que desafían el proyecto que conduce Holan terminan yéndose.
Por Jorge Mario Trasmonte
Una de las frases habituales del mundo del fútbol explica la
voladura del DT como fusible porque “es más fácil echar a uno que a ocho”. La
foto de tapa de Olé puede ser una simple reunión de amigos afines, como los hay
dentro de cualquier plantel. Y el desguace del equipo de Independiente que ganó
la Sudamericana también puede explicarse por rendimientos en baja, ofertas que
no se pueden rechazar, oportunidades profesionales...
Minga.
Flota en el aire que varios veteranos y capangas del plantel
no tienen onda con el conductor del barco.
Ariel Holan llegó al fútbol desde otro deporte con aires
renovadores, a veces excéntricos, revolucionarios y descontaminados de códigos
no escritos pero implacables. Padeció rechazo y pase de facturas por ser sapo
de otro pozo.
Ariel Holan en su noche de gloria: la final ante Flamengo en
Río de Janeiro (EFE/Antonio Lacerda).
No es fácil establecer si en las entrañas de su propio patio
tampoco se bancan sus personales decisiones y los métodos del DT que viene de
un micromundo distinto o si Holan, como otros conductores que quieren
sacudirles las estructuras a los futbolistas, prefiere no tener ni asomo de
competencia en su liderazgo y va borrando a los que le ofrecen resistencia,
generalmente los más grandes y los que mayor influencia pueden ejercer sobre el
resto del grupo. Hasta su ruptura con el profe Kohan, en su momento, fue leída
como una disputa de primacía en la ascendencia sobre los jugadores, y algunas
salidas también se interpretaron como cortocircuito con los más cercanos al
ayudante despedido.
Emmanuel Gigliotti con el trofeo de la Copa Sudamericana en
el Maracaná (EFE/Marcelo Sayao).
Hay un desafío: refundar un equipo capaz de interpretar el
ideario y la mística revivida como aquél que le ganó una copa a un grande de
Brasil en el Maracaná. Y no será fácil.
Por de pronto, Independiente ya dio vuelta el axioma de que
es más fácil echar a uno que a ocho. Acá el proyecto es Holan, y al que no le
gusta se va.
Fuente Olé
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.