Walter Erviti estuvo en Muy Independiente:
“Decidí ser entrenador cuando era jugador. Mientras iba
jugando, iba aprovechando el tiempo para aprender y perfeccionarme. No me
interesa arrancar a dirigir porque si. No me vuelvo loco y espero a que un club
esté acorde a las necesidades que yo tengo. Fue un mito que iba a reemplazar a
Holan, en su momento me pareció que el plantel de aquella época necesitaba un
entrenador a la altura de ellos.
Lo que uno ve de afuera es que en Independiente se tomaron
malas decisiones deportivas.
Había un gran plantel y equivocaron el camino. La única
manera de llevar una competencia sana adelante es que el líder sepa gestionar
bien al grupo. Acá hubo decisiones que perjudicaron a algunos futbolistas en
crecimiento.
Me gusta ser protagonista y que se juegue bien. Después
tiene que ver mucho con el club, uno como entrenador debe conocer la historia
del club.
En Independiente por ejemplo, hay que saber que el hincha
exige que se juegue bien, que no se especule. Cuando empatamos con Lanús y
quedamos afuera de la clasificación a la Libertadores, la gente se paró y
aplaudió porque vio un equipo que jugó bien e intentó ganar con las armas que
le gusta a la gente.
No es fácil llegar a un club tan grande como Independiente.
Estando adentro te das cuenta que es más grande de lo que se ve desde afuera.
A mí me deja tranquilo haberme brindado al máximo cuando
estuve en el club. Con los jugadores que yo podía a competir por un puesto me
tocó pelear con chicos con un nivel altísimo y entendí que me tocaba acompañar.
Ahora veo un equipo agresivo.
Lucas (Pusineri) plantea lo que dice, quiere ser
protagonista. El rendimiento individual de cada jugador también va creciendo.
El otro día hablé con Alan Franco porque lo felicité por el gran partido que
tuvo, veo que está volviendo a ser lo que era antes, con esa personalidad
bárbara.
Bustos es un caballo, me encanta, y me gusta ver a los
chicos volver a jugar con la frescura con la que jugaban cuando yo estuve.
Me llena de orgullo que me hayan abierto las puertas del
club y haber jugado un clásico (el de Albil en joggins).
Esa mañana cuando nos levantamos pensábamos que íbamos a
jugar de una manera y terminamos jugando de otra”.
Publicó Independiente Sin Censura

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