Bustos lo gritó con todo con Velasco, quien lo asistió.
(Foto: Lance!)
Por Favio Verona
Bustos, autor del gol que salvó al Rojo frente a Fortaleza,
bromeó sobre Velasco, la joyita que gestó el milagro. Olé te cuenta cómo juega
la promesa de la cantera.
Cuando el colapso parecía inminente, a Independiente lo
rescató su cantera. El agónico 1-2 ante Fortaleza y la clasificación a los
16avos de final de la Sudamericana revitalizó a un equipo que estaba en coma
futbolístico.
Al Rojo no lo salvaron aquellos jugadores por los que se
pagaron millones de dólares. Esos nunca aparecieron.
Fueron los futbolistas del riñón del club los que dieron la
cara. Fabricio Bustos se llevó los flashes y las tapas de los diarios con su
gol sobre la hora. Un gol que, por cierto, fue desahogo y clasificación.
Pero más allá del lateral derecho, hubo un héroe
prácticamente anónimo. Un chico de 17 años que fue el autor intelectual de la
maniobra de la salvación. Se trata de Alan Velasco, la promesa de las Inferiores
que de a poco empieza a convertirse en realidad.
El juvenil recibió un pase de Alan Franco y armó una gran
jugada a pura gambeta para fabricar el espacio y asistir a Bustos con mucha rebeldía.
Su aparición fue providencial. Emergió con la cabeza fría y el corazón caliente
para resolver y darle vida al Rojo.
“Alan tiene un pedo en la cabeza... Ésa es su manera de ser.
Me parece muy bien que se anime, que juegue. Los pibes tienen que ser muy
importantes. En este momento hay que crecer de golpe. Hoy los chicos tienen
demasiada importancia. Y deben hacerse cargo”, comentó el autor del gol de una
derrota que se celebró como si hubiese sido un triunfo.
Velasco se ganó los elogios y el agradecimiento de todo el
plantel. En el vestuario fueron varios los que se acercaron a saludarlo. En
definitiva, fue él quien evitó la catástrofe deportiva.
El predio de Villa Domínico es la fábrica en la que se
construyen los nuevos talentos del club. Allí hace rato que se habla de
Velasco. El jugador, nacido en Quilmes, se probó en Independiente en 2012 y
quedó. Antes había jugado en clubes de barrio como San Juan y Chacabuco. En la
Séptima División empezó a portar el brazalete de capitán. Quienes los conocen
aseguran que tiene una personalidad muy fuerte. Tan fuerte que fue él quien
impulsó la medida de que las categorías formativas realicen el saludo histórico
que la Primera comenzó a reeditar desde la llegada de Holan en 2017.
Enganche clásico, admirador de Hazard y Maxi Meza, con el
tiempo debió reinventarse y pasó a jugar de extremo o interior ya que los
técnicos le exigen retroceso. Fiorentina, Udinese y Sampdoria vienen siguiendo
desde hace rato al chico que jugó el último Mundial Sub 17.
Pusineri no lo quiere apresurar, pero de a poco comienza a
darle minutos. El Rojo se ilusiona con su nueva joyita.
Fuente Olé
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